tag:blogger.com,1999:blog-85420983273389123002024-03-06T21:17:34.904-08:00Vértigo y nomásQue tanto el bien como el mal son cosas rutinarias, que lo temporario se prolonga, que lo exterior se infiltra al interior, y que a la larga la máscara se convierte en rostro. N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.comBlogger35125tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-91846704668303832072017-07-18T10:46:00.001-07:002018-09-27T03:16:41.993-07:00<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX">Pretoria ha sido, entre muchas otras cosas, el
lugar en el que me hice adicta a los audiolibros. No me molesta pasar tanto
tiempo sola, pero a veces necesito llenar esos espacios con cosas que hagan
todo más llevadero: las largas horas empleadas en el trabajo doméstico y de
cuidados, por ejemplo, son menos tediosas si mientras tanto puedo escuchar un
cuento o una crónica. Es un síntoma de la época, estos días en que los tiempos
están confusos y sobrepuestos. Pero además de los horrores que eso ha traído en
la sociedad, también deberíamos hablar de las posibilidades súper bonitas que
nos ha abierto: 30 minutos cortando verduras se traducen en un cuento, o un
capítulo, o un poema, y está chingón lo que esas dos interacciones y
actividades producen. O, por lo menos, lo que producen en mí. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX">Por ahora estoy escuchando el último libro de
Harry Potter. Ya sé que no es la gran literatura, pero me gusta la historia, me
gusta cómo está contada, y son súper útiles para practicar mi inglés y
distraerme cuando cocino o trapeo. Los audiolibros de HP han sido grandes
aliados en esos momentos en los que no tengo ganas de nada. Siento como si
fuera tomarte un café con la tía que te cae bien: ya sabes de qué se trata,
pero eso no quiere decir que la ligereza de la conversación y las bromas sean
menos disfrutables. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX">Así que más o menos con ese mood de ‘ya sé qué
me vas a decir, pero está chido’, me la he pasado combinando la fantasía con el
nada fantástico trabajo de cuidar el espacio en el que vivo. Con la rutinaria
actividad de limpiar el piso cada vez, y de sacar cosas del refri cada día, y
de prepararme un menú que con mayor o menor fortuna combine lo saludable con lo
que no sepa tan mal, y que además se adapte a mis bajísimos niveles de destreza
en la cocina. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX">Pero hoy, cuando lavaba los trastes, me
encontré con un pasaje que me conmovió muchísimo. Será por la soledad, será por
los hormonas, será porque hace 10 años que lo leí no tenía las herramientas para
entenderlo. Es el segundo capítulo del tomo 7, cuando Harry tiene que
despedirse de sus tíos Vernom y Petunia, y de su primo Dudley. La familia con
quien por 16 años vivió, siendo tratado como un estorbo, una carga. No van a
volver a verse nunca, y ambos lo saben. El momento del adiós, sin embargo, es
melancólico e incómodo, con muchas palabras no dichas, con algo entre el alivio
por haber llegado al final, y la tristeza por lo que pudo ser si tan sólo no
fuéramos nosotros los que estamos escribiendo esto. Y al final Harry ve a estas
personas, que han sido el primer espacio en el que conoció el desamor, y no es
capaz de decir nada. Aquí no le sirven sus conjuros, ni su varita, ni hay magia
capaz de transformar esta historia. Así que sólo cierra la puerta, buena suerte
y hasta luego. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX">***<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX">Hace 10 años yo no sabía lo que era tener
enemigxs. Por supuesto, pasé por la adolescencia, y fui una adolescente
bastante promedio que tenía ciertas rivalidades con amigas y no amigas. <i>Fulanita, que anda con el Sotanito que me
gusta, es increíblemente tonta y me cae mal. Yo le gusto a Menganito y por eso
Sulanita me mandó un mensaje diciendo que soy una puta</i>. Puras enemistades
pueriles que en el fondo trataban de imitar el guión de ‘Amigas y Rivales’, o
de ‘Soñadoras’, o la telenovela en turno. En la que, por supuesto, las mujeres
teníamos que ser justamente rivales, y hacernos desplantes con mayor o menor
elegancia, y etc. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX">Después de eso hubo un montón de gente que no
me cayó bien, y a la que yo no le caí bien, y limitamos estos disgustos a
cruzar la calle, no cruzar palabra, no interferir en la trayectoria del otro/a.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX">Hasta que llegó el 2015, y a mis 30 años supe
lo que se sentía tener enemigas más allá del drama televisivo. Supe lo que era
tener miedo de alguien, y resultó que era alguien que tenía poder sobre mí, así
que supe, por primera vez, lo que se sentía que me sudaran las manos y se me
secara la boca cada que veía venir las señales de otro ataque. Supe que en la oficina de al lado había un
grupo de personas riéndose porque me vieron llorar en el baño. Supe que en las
cervezas del viernes el tema de conversación fue cómo hacerme sentir tan
asustada que, aparentemente, no me iba a quedar más remedio que irme de ahí por
mi propio pie. Supe lo que se siente eso de que te ‘levanten falsos’, y el
juicio menos imparcial y más cruel en el que he estado en mi vida, con ella
sentada enfrente de mí acusándome de cosas que jamás hice (ni haría), viéndome
a los ojos convencida de que todo se valía para darme una lección a mí, la N. a
la que ‘alguien’ tenía que enseñarle que no, que no era tan inteligente, que no
era tan feminista, que no era tan buena persona, que no valía tanto la pena. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX">Y, por supuesto, supe ser una enemiga. Supe lo
que se siente el odio. Supe mis deseos y fantasías de que algo malo le pasara.
Supe que el día que P llegó llorando porque su gatito estaba enfermo yo
me metí a la oficina de buen humor, y pensé que ojalá que se muriera. Y cuando
la vi comiendo pepinos porque estaba a dieta, yo bajé por un café riéndome y
diciendo que pobre morra, ojalá toda la vida tenga que vivir con sus kilos y su
vergüenza. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX">***<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX">La última vez que la vi fue en la fiesta de fin
de año. No debí de ir, pero estaba un poco obsesionada con <i>no dejarlas ganar </i>(pero qué tonta, pienso hoy). Nos ignoramos
durante toda la noche. Yo fingí pasármela súper bien, bailé horas seguidas,
brindé con todomundo. Al final me la encontré en el estacionamiento, yo estaba
esperando mi Uber, ella iba caminando sola a su camioneta, aparentemente a
sacar un abrigo de la cajuela. Me vio, y sólo me dijo ‘buenas noches’. Pensé en
todos los discursos que por meses había estado practicando, todo lo que querría
decirle, preguntarle, todas los por qués y los chingatumadre que había pensado
que se merecía. Y al final no pude decirle nada porque, igual que Harry Potter,
entendí que no había nada qué decir. Que no había nada más que la tristeza y la
sentencia fatídica, para ambas, de que ‘lo que hagas será para siempre lo que
hiciste’. Buena suerte y hasta luego. <o:p></o:p></span></div>
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</script>N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-28715854644198390442017-05-17T11:23:00.001-07:002017-05-17T11:23:26.868-07:00<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Me gusta que el 30 de abril todomundo sube sus fotos
de niñx a Facebook. Me gusta ver a mis contactos e imaginármelos en esa otra
vida, cuando ni siquiera nos conocíamos, cuando el internet no había llegado a
nuestras casas, cuando éramos y no estos que somos ahora. Así que desde hace
años pongo también mi foto de niña en esa fecha, siempre la misma. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Una cosa que me gusta de esa imagen es que recuerdo
perfectamente bien el día que mi mamá la tomó. Fue en mi cumpleaños número 8.
En casa, como éramos pobres - según ya he contado mil veces aquí - nunca hubo
fiestas infantiles. Eso no quiere decir, sin embargo, que mi mamá no se haya
encargado de arreglar un festejo amoroso cada vez. Ese día me compró un pastel
y me dio un regalo: un libro de la saga de Trixie Belden. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Trixie Belden era una niña detective que, con ayuda de
su pandilla, resolvía los misterios más inverosímiles del mundo (para más
información acudan a su Wikipedia de confianza). Mi hermana y yo amábamos esos
libros que, como fiel muestra de la cultura saltillense, sólo podían comprarse
en una papelería pequeñita, escondida entre una farmacia y un puesto de
gorditas frente al Hospital Universitario. Quién sabe por qué razón a lxs
dueñxs les pareció buena idea vender también ciertos libros educativos, y quién
sabe cómo llegó ahí la colección de TB. Total, que un día mi mamá nos compró
uno (uno para las dos, con la condición de prestárnoslo y portarnos bien), y
después de eso tuvo que soportar que cada cumpleaños y navidad pidiéramos lo
mismo de regalo, eso sí, especificando cuidadosamente qué historia nos faltaba
(“pero no te confundas, mamá, ya tenemos al jinete sin cabeza, falta el vestido
de terciopelo”). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Así que en mi cumpleaños número 8 mi mamá cumplió el
amoroso deber de regalarme un libro de Trixie Belden. Yo estaba tan contenta
que lo primero que hice fue ir a registrar el festejo en mi diario, porque por
alguna razón que todavía no logro recordar, desde entonces tenía la cursi
costumbre de registrar por escrito mis aventuras infantiles. Mi mamá me vio en
la cama, con el diario y el libro, y me tomó la foto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Hace poco que la subí a Facebook me acordé de todo
esto, y a mis recién cumplidos 32 me asombró muchísimo la manera en la que
puedo verme en esa niñita de 8 años. Esperen, amigues, no lo digo con la
cursilería de la niña interior inocente a la que he abandonado hace mucho pero
debo recuperar para ser feliz. Lo digo porque mi vida, igual que la de todomundo,
está construida a partir de hábitos significativos. Y mis hábitos más tercos y
más significativos en todos estos 32 años han sido esos: leer y escribir. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Leo de la manera más improvisada del mundo, como ya
también dije aquí antes. Se me han pasado muchos ‘must’, y he dedicado un
montón de tiempo a leer cosas ‘menores’. Y yo creo que todo ese desorden tiene
que ver con que para mí la lectura es una actividad salvadora, un lugar en el
que puedo esconderme, y lo demás francamente no me importa demasiado. Lo era cuando tenía 9 años y escuchaba pelear
a mis papás; lo era cuando tenía 14 años y mi adolescencia era tan sosa y
aburrida como podría esperarse de una chica pobre de provincia; lo era cuando
tenía 20 años y me corría todas las clases de la Facultad para irme a encerrar
a la infoteca porque odiaba todo lo que tuviera que ver con <i>el mundo real</i>. Y lo es ahora, cuando
despierto y me repito la historia de que estoy en una ciudad de la que hasta
hace 5 años ignoraba la existencia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Por eso cuando alguien usa la expresión ‘es como
cortarme un brazo’ entiendo casi perfecto, porque recuerdo la Depresión Mayor y
cómo lo más terrible es que no podía leer. Y era como cortarme un brazo, como
cortarme mi historia, como mandarme a la guerra sin armas o a la primaria sin
lápiz. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Anyway, se me había pasado poner en el blog la lista
de los libros que leí en el 2016. Y como ahora estoy en una etapa especialmente
consciente de las tradiciones que me he construido, pues aquí va, sólo porque
quiero mucho este blog (tanto, tanto, tanto, que no lo quiero dejar morir
aunque me mate de la pena regresar). Al final, y ahora sí contradiciendo todas
las reglas de este espacio, les dejo la foto de N. a los 8 años. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">1.<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Eichmann
en Jerusalén, de Hannah Arendt. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">2.<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">La
casa del dolor ajeno, de Julián Herbert. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">3.<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">El
viento se llevará nuestras palabras, de Doris Lessing.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">4.<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">When rain clouds gather, de Bessie Head. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">5.<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">All about love, de bell hooks.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">6.<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Zami: a new spelling for my name, de Audre
Lorde. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">7.<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">The
vegetarian, de Han Kang.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">8.<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">The left hand of darkness, de Ursula K. Le
Guin.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">9.<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">The schooldays of Jesus, de J.M. Coetzee.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">10.<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Thirteeen cents, de K. Sello Duiker. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">11.<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Basura, de Héctor Abad Faciolince.</span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; text-indent: -18pt;"> .<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; text-indent: -18pt;">Una de dos, de Daniel Sada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Tengo dos cosas qué decir. 1: Leí bien poquito, qué
oso, es que estaba siendo muy feliz. 2. Mi favorito fue, predeciblemente, el de
Audre Lorde. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
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</script>N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-90025752771220204752017-03-24T11:08:00.000-07:002017-03-24T15:35:57.224-07:00<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Creo
que pronto empezaré a usar una peluca. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Un problema de salud, sumado a la
herencia de poquísimo cabello, ha dado como resultado que, desde hace meses, no
pase una mañana en la que no me vea al espejo y piense - de pasada o con
preocupación creciente, como observación o reclamo, con resignación o tristeza - que
“odio mi cabello”. A estas alturas, 31
años y contando, en este mundo colonizado, heteropatriarcal, bla, bla, bla, ya
una debería estar acostumbrada a no gustarse. Al mismo tiempo, en la vida de
todos los días que está hecha de miniresistencias, una se acostumbra también a
gustarse: hacer intercambios, trade – offs, trabajar con lo que se tenga. No
ser nalgona pero tener bonitos ojos. No ser alta pero mira qué pantorrillas. No
ser delgada pero mis lunares quizás tienen un mensaje oculto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Y
yo ahora tengo un recurso menos para la resistencia, creo. Porque mi cabello se
cae, y me recuerda que nuestra capacidad de renovarnos no es
tan rápida ni tan fuerte como nuestra capacidad de pérdida. Me muero todos los
días, dice Sabines, y yo veo todos los días irse por la coladera un montón de
cabellos que ni siquiera han sido acariciados lo suficiente. Los que quedan,
además, no ‘compensan’ a los que se van: son, además de pocos, feos:
delgadísimos, se rompen, forman nudos, no brillan, no vuelan, no invitan a
ningunos dedos a enredarse en ellos, ni a ningunas manos a jalarlos en medio de
ningún arranque apasionado, ni a ningún rayo de luna a hacer nido en este lugar,
faltaba más (o menos). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Pero
hoy me cansé de estar triste también por esto. Porque, puta, además: el
cabello. Ojalá fueran estrías, o cicatrices escandalosas en los muslos, o celulitis
en el vientre. Esas cosas que puedes disimular con ropa o maquillaje, o decidir
sólo mostrar a los merecedores de su gloria, como una cicatriz en forma de
clavo que se deja acariciar sólo por los incrédulos que necesitan la certeza de
la piel, las heridas, el amor. Pero puta madre, el cabello. ¿Cómo le oculto a
quienes me miran que hay algo aquí que no funciona como debería? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Estoy
cansada de estar triste, decía. También por esto. Así que renuncio. Porque una
cosa es la pérdida, y las cosas que no puedo detener. Y otra cosa es la
renuncia, la voluntad triunfando sobre el espejo. Mañana voy a ir a cortarme el
cabello, chiquitito, pegado a la cabeza. Y después voy a comprar una peluca de
cabello abundante, oscuro, natural y brilloso. Y después voy a aprender otro
performance, y me voy a repetir mil veces que estoy actuando la sobrevivencia,
los pequeños actos de rebeldía, los pasitos de bebé para hacer que la vida
duela menos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
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</script>N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-47293436395751670062017-02-17T01:14:00.001-08:002017-02-17T01:14:03.354-08:00Envejezco, crezco, no sé si afino<div align="right">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 13.6px;">Ya no es novedad, ya no sorprende a nadie, ya nada de nada: en la mañana me desperté con un montón de ansiedad y me puse a llorar mientras tomaba mi café. A. se fue a trabajar, como siempre, me dio un beso en la frente (también como siempre), me dijo que "ponte a hacer tus cosas, te llamo al rato". Y yo me puse a hacer mis cosas: terminar el café, limpiar la cocina, inventar una receta y ponerme a picar verduras compulsivamente, venir a la computadora a revisar mi correo, poner música, regar las plantas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
O sea que estoy en medio de una mini crisis depresiva, pero he pasado por esto tantas putas veces, que ya es como 'ah, sí, otra vez, ojalá sea leve y pase pronto'. Supongo que es normal: me acabo de mudar de país (ya había venido antes, pero ésta es la primera vez que vengo con una visa de tres años y sin boleto de regreso), empecé clases (y me la paso preguntándome si no era mejor la opción de seguir escribiendo crónicas y lidiando con editores/as enfadosos/as. ¿para qué quiero hacer - siempre sí - el doctorado?), estoy estresada por el idioma y por las fechas, siento (ahora sí) toda la soledad de ser una mexicana feminista marxista que vive en Pretoria. Odio la ciudad: odio que sea tan blanca, odio que haga tanto calor, odio que no me pueda mover sin coche, odio que a las 7pm parezca que es la 1 de la madrugada, odio que la comunidad mexicana aquí es fresísima, odio que no puedo llamar por Skype en mis mañanas porque todos mis afectos están durmiendo en México. Odio que mis afectos en México cada vez escriben menos, llaman menos, preguntan menos. No hagan eso, weys, vivir en otro país la neta sí está cabrón, una siente amenazada casi todo lo que es y ha sido.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Además estoy enferma. Algo en mi cuerpo no funciona como debería, y además de todos los efectos incómodos que eso tiene, está la angustia de saber que algo ahí adentro no está haciendo su chamba chido. Y que ese algo, además, me hace llorar un montón y sentir que no tengo el control de nada. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Vine a revisar mi correo y me dieron ganas de procastinar un poco. Según yo tenía un post sobre los libros del 2016 a medio escribir, pero ahora resulta que no lo encuentro. Luego no mamar, me di cuenta de que este año cumplí 10 años escribiendo aquí. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Así que aquí un post de febrero del 2007. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Gracias, N. del pasado, porque aunque ponías a Benedetti (quéosoquédeshonor) de epígrafe, eras bien chida. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
He escrito el tiempo suficiente para darme consejos a mí misma. He dejado suficientes migajitas para no perderme en el camino.</div>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span></div>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<div style="text-align: justify;">
Del 2007, sí, leyeron bien: 2007.</div>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<span style="font-size: 13.6px;"><em><br /></em></span>
<span style="font-size: 13.6px;"><em>pero cada lugar tiene su tiempo</em></span></div>
<div align="right">
<em><span style="font-size: 13.6px;">cada tiempo su marca</span></em></div>
<div align="right">
<em><span style="font-size: 13.6px;">cada desolación su maravilla...</span></em></div>
<div align="right">
<span style="font-size: 13.6px;">Mario Benedetti</span><span style="font-size: 13.6px;"><br /></span></div>
<div align="justify">
<br />
La semana antepasada tuve una mini crisis que vino en una forma distinta. Además de las manifestaciones ya clásicas como el llanto y el insomnio y esas cosas, esta vez estuvo también acompañada de un sentimiento nuevo. Algo así como mal humor, coraje, desesperación. De pronto sentí que nada de lo que estoy haciendo para “estar bien” está dando resultados… Ni el trabajo, ni el tratamiento, ni el tiempo extra que destino a estar con mis amigos y con mi familia… Nada. Me dieron unas ganas inmensas de olvidarme de todo, de manejar hasta cualquier otra parte. De cerrar los ojos y despertar dentro de medio año. De apretar un botón de “fwd” y adelantar los próximos meses.<br />
El doctor me dijo que era normal en tratamientos largos (como el mío, se supone). Perfectamente normal que quisiera dejar de tomar medicinas y que me sintiera desesperada. Pero luego me preguntó “¿y estás bien como para dejar el tratamiento?”. Y no, no estoy bien como para decir que no necesito continuar. Es que ése es el problema: que estoy mucho mejor, pero no estoy bien.<br />
Así que fui a ese lugar en el que siempre me escondo cuando no me siento bien. Y cuando salí me sorprendió un sol increíble y mucho calor y un lago (jajaja, no quería revelar mi escondite, pero ya dije que afuera hay un lago, mmm) que se veía especialmente lindo. Entonces me senté y traté de evocar mi recuerdo más antiguo en ese lugar… Y resulta que el recuerdo que salió (especialmente oportuno) fue uno de hace ya casi cinco años, cuando acababa de entrar a la Facultad. Por esos meses estaba súper deprimida, y desesperada, y no le hablaba a nadie y no entraba a clases y no quería estar aquí. Pero resulta que tenía una amiga, con la que una vez fui al lago a caminar. Y recuerdo que tuvimos una conversación en la que yo me quejaba amargamente de todo y, especialmente, de que un día antes me encontré a este chico que de verdad me interesaba y al que yo creí que le interesaba y entonces él no me invitó a salir. Y ya, de eso me quejaba con mi amiga. Y ahora, casi cinco años después pienso en todo lo que pasó con “este chico” y con esta amiga a la que hace años que no veo y con esta vida que de pronto se compuso. Así, sin darme cuenta, de pronto un día las cosas estaban bien y me gustaba la escuela y no me iba tan mal y tenía unas amigas maravillosas y loquísimas y resulta que al muchacho sí le gustaba, y aunque durante ese tiempo también hubo sus altibajos, no habían vuelto a ser taaaan bajos… Así como dice Sabines, “brotó la vida como una escarlatina”<br />
Entonces pensé que a lo mejor ahí está el secreto. Que tal vez debo dejar de pensar en qué hacer o no hacer para estar bien. Tal vez se trata sólo de eso: de dejar que la vida siga, que las cosas fluyan, que de pronto me sorprenda otra vez completamente bien. A lo mejor así funciona, y todo lo que tengo que hacer es seguir caminando. A lo mejor dentro de cinco años tengo otra vez un balance positivo…<br />
No me van a creer, pero esa noche dormí como hace mucho no lo hacía. Y soñé que volaba (nunca había soñado eso!!). Se siente padrísimo porque en el sueño cada vez me animaba a volar más alto y veía los árboles desde arriba (volaba sobre una especie de bosque). Y me siento mucho, mucho mejor. Hacemos pequeñas pausas, pero el mundo sigue girando. Y, por fortuna, su movimiento es mucho mayor que nuestra comprensión y nuestra temporalidad.</div>
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El pretexto para venir otra vez al blog es que se me había olvidado decirles, hipotéticos lectores/as, que en la Revista Cuadrivio me publicaron una especie de crónica sobre el curso que hice en Nueva York. La pueden encontrar acá: http://blog.cuadrivio.net/babel/verano-gayatri-spivak/. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sólo por favor pasen por alto los errores de ortografía raros que hay por ahí, la verdad fue una cosa de la edición (lo juro: no entiendo los primeros paréntesis, ni algunas comas, ni algunos otros paréntesis, etc.) pero me dio pena decir porque pues... no sé, según esto que reciben muchos textos y que el mío había pasado la prueba, y etc., así que ante mi novatez para estos asuntos de publicar en revistas no académicas pues decidí no decir nada sobre los paréntesis y, en vez de eso, decir que muchas gracias, qué honor, qué amables. De todas formas sí pienso que muchas gracias, qué honor, qué amables, porque ps el texto se compartió muchas veces en fb y tuvo más lecturas (muchas más) que las que podría haber tenido en éste, su humilde y old fashioned blog. <script src="https://www.google-analytics.com/urchin.js" type="text/javascript">
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Quizás por estos días me anime a abrir una cuenta en medium (o cómo es?), si lo hago les aviso por acá, hipotéticos lectores, para que 'sigamos en contacto'. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
O bueno, la verdad es que también lo que me gusta de este blog es que pienso que me leen dos o tres personas, cosa que a veces me desanima (ya saben, el delirio de querer ser una escritora de verdad y no nomás una aficionada de blog), pero que a veces también me gusta mucho, me imagino esto como un espacio íntimo en el que nomás dos o tres amigos vienen a veces a ver cómo estoy. Más como la sala de mi casa que como el escaparate de una librería, digamos. Y hay algo bonito en venir a escribirles y dejarles mensajes por acá, para cuando pasen, si pasan.<br />
<br />
***</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por estos días estoy de regreso en Sudáfrica, luego de haber estado varios meses (otra vez) entre la Ciudad de México y Saltillo. Fiel a mis patrones: no sé cómo irme. Fiel a mis patrones: enredo y dificulto todo en vez de hacerme las cosas más llevaderas. Fiel a mis patrones: no me mudo, me divido. Entonces me la he pasado acercándome más a mis amigos/as en ambas ciudades, experimentando con el poliamor (jajaj, iba a escribir que teniendo un amante en cada puerto, bien mamona. Pero bueno, más bien fue un ejercicio/experimento feminista de construir relaciones desde otros lugares. Salió bien, digamos, ambos chicos han sido excepcionalmente respetuosos de mis procesos, increíblemente generosos conmigo, y se ha manejado todo el asunto más en una dinámica de 'soy tu amigo incondicional, es decir: tu amigo', y menos en la dinámica de 'soy tu pareja, es decir: tu todo, es decir, por qué chingados sales con alguien más'). <br />
<br />
Supongo que el contexto facilitó todo el asunto (o sea estar divididos por océanos y así), pero no sé, ha sido muy raro. Está bonito sentir que hay seres humanos (no voy a caer en la tentación de escribir ONVRES) capaces de querer así, tan desinteresadamente, tan dispuestos a construir con otra persona una relación de amistad y apoyo, y la N. está pasando por procesos bien complicados porque renunció a su chamba, no tiene trabajo, no gana varo, va y viene, se hospeda en casas ajenas, no sabe qué quiere hacer con su vida, entonces amigo, echémosle la mano y no la jodamos si quiere tener otro amigo que la lleve al cine y la escuche toda la noche. Y entonces (bocas abiertas - en riguroso gesto de asombro - señoras y señores) los dos dijeron que órale, que la N. necesitaba asideros y amigos en este salto que decidió dar de la manera menos calculada ever, y que ps va. Uno dijo 'va', el otro dijo 'ya qué', supongo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Probablemente éste sea uno de los años más raros de toda mi vida. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
También el punto es que ahora estoy, decía, de vuelta en Sudáfrica, ya terminándose un poco la aventura porque pues la gente tiene que seguir con su vida, y yo no puedo estar pagando boletos de avión tan seguido. Y tampoco puedo seguir dividida más tiempo. Acá o allá N., pero yapordios no nos hagas pasar por lo mismo el otro año. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Luego estar en Sudáfrica es un viajesote. Sí, o sea porque está muy lejos y es muy diferente y no mames Africa, qué cabrón, vivo en Africa, no lo puedo creer. Pero sobre todo es un viajesote porque aquí se ponen en marcha procesos personales extrañísimos, que tienen que ver con descentrarme. Con ser otra y construirme a partir de otras cosas. Ya no ser la mujer profesionista académica independiente que destaca en su trabajo, etc., sino pues... ser, nomás. No es cosa fácil, amigues. No es cosa fácil amistarse con la idea de que mi vida y mi mañana no vale más o menos por estar dando clases en la UNAM, que por estar regando las plantas y haciendo de comer. No es cosa fácil reconocer que toda yo he sido atravesada por las ideas protestantes/capitalistas/occidentales, y que qué chingón criticar desde la academia, pero qué difícil ponerse una misma en la línea y decir 'ok, mi vida no tiene que enfocarse en el hacer sino en el estar, no en la producción, no en el punto de llegada, sino en los procesos y la paciencia'.<br />
<br />
Y ya sé, ya sé que todomundo sale siempre con el cliché de 'ay, ya quisiera yo no tener que trabajar, ya quisiera poder dedicarme a escribir/pintar/leer/hacer lo que siempre he querido, whatever'. Al principio trataba de explicar: no bueno, mira, no es tan fácil; si lo haces por un mes o dos, o un año, o dos, está chido. Pero si lo piensas como que probablemente el resto de tu vida va a dibujarse entre otras coordenadas, da mucho miedo. Ahora ya no trato de explicar nada, sólo me dan ganas de decirle a la gente que me dice eso (que no son por supuesto obreros/as, ni trabajadores explotados/as que ganan menos de cinco salarios mínimos, sino académicos/as o amigos de A., o la familia política, o etc.): fuck you. Vete a otro lado con tus clichés. Déjame ser una fracasada en paz, y por lo menos reconóceme la valentía en ello, en vez de salirme con tus mamadas de 'ay no, pero fracasada por qué, ya quisiera yo'. Yo también quise, amigues. Me lo estoy chutando y no está fácil. Déjenme ser fracasada y gorda y puta y jugar con esas palabras tanto como quiera sin sus supuestas envidias poco reflexivas.<br />
<br />
***<br />
<br />
No me acuerdo si alguna vez en este blog hablé de Cyn. Ella era mi amiga hace muchísimos años, muchísimos, como 12 pero parece como si hubiera sido en otra vida: vivíamos en Saltillo, yo estudiaba economía y ella letras; yo salía con un médico y ella con un POETA, señoras y señores, con un Poeta. Yo estaba emocionada con Benedetti (ya, ya, ya sé), y ella leía a Tomás Eloy Martínez, según recuerdo. Total, que éramos amigas porque teníamos un par de proyectos en común sobre literatura, difusión cultural y esas cosas. A las dos nos gustaba Cortázar, sólo que a mí me daba pena ponerme como nickname en el msn 'La Maga' (porque qué oso, si yo soy economista y seguro ni entiendo qué pedo con Rayuela), mientras que los estados de Cyn siempre tenían que ver con La Maga, o con el poema de Girondo de las mujeres que no saben volar y cómo pierden el tiempo con él (no saben cómo me caga ese poema), o con mariposas y vuelos y viajes y más vuelos y alas y vientos y cabellos despeinados.<br />
<br />
También me acuerdo de que a Cyn le gustaba el poema de La Trapecista (ese sí lindísimo), de José Emilio Pacheco, y de que creo que fue gracias a ella que lo leí por primera vez.<br />
<br />
Teníamos, creo, esa fantasía compartida de una vida no convencional, de sentir, pensar y construir de otro modo. De leer poesía y vivir poesía, y transformar el hambre en letras y también al revés. Era emocionante pensar en vuelos, alas, riesgos, y en que de alguna forma, por quién sabe qué misterios, esa era la única manera de encontrar algo nuestro. Algo de seductor tendría que haber, también, en la posibilidad de caer.<br />
<br />
Lo que no sabíamos entonces era que sentir, pensar y construir de otro modo iba acompañado forzosamente por la incertidumbre. Pararte todos los días y preguntarte si neta no la estarás regando, y si neta no te vas a arrepentir de esto dentro de un año, o dos, o diez; y ya sé que la falta de certezas es algo con lo que todos lidiamos, pero ya sé también que las sociedades se han construido a partir de numerosos, cotidianos y compartidos esfuerzos para creer que sabemos lo que va a pasar mañana.<br />
<br />
Lo que no sabíamos es que jugar a las alas y los vuelos tenía que ver, también, con el dolorosísimo proceso de reconocer nuestra fragilidad, de estar siempre abriendo la mano para soltar cosaspersonaslugares, y de cambiar, como si se tratara de estampitas, unas conquistas por otras. Sí, bueno, como renunciar a mis clases en la unam para venir a sentirme una fracasada* cuando paso toda la mañana en nimiedades, y cuando las verduras se me queman y el pollo me queda crudo y quemado al mismo tiempo. La única palabra clave de todo este párrafo es ésa: renuncia.<br />
<br />
Y eso, para una morra treintona occidental de clase media, que creció creyendo en los mitos no ya de casarte y ser una excelente ama de casa y madre, sino además una profesionista que algo valioso aporta en el mundo de lo público (ergo, del capitalismo machista), es, a veces, too much.<br />
<br />
Lo bueno es, amigues, Cyn, que no necesitamos cosas tan mamonas como metafóricas alas, sino, nomás, aprender a caminar. Y que si nos caemos sí hay red (o remedio, pues), y que está hecha de cosas tan bonitas como el tiempo, la paciencia, y el amor.<br />
<br />
<br />
(este post está tan carta, que siento que tengo que terminar diciendo algo como:<br />
<br />
Suya sinceramente,<br />
<br />
N.)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
*No, o sea, no me siento una fracasada y me pongo a llorar, sino que es como cuando en la marcha de las putas todas salimos a la calle y decimos 'soy una puta' en un tono desafiante y desparpajado, así yo acá, todas las mañana me levanto y me digo 'pinche N., eres una fracasada', y en vez de tener hijos, hacer el doctorado, ponerme a buscar chamba, escribir algo digno de publicarse, me pongo a leer, escuchar música, echar a perder cosas en la cocina, y ver las hojas de las jacarandas por la ventana. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-38783805687820783222016-08-22T23:27:00.002-07:002018-09-27T03:22:21.464-07:00<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Otra vez extraño escribir, y
otra vez regreso al blog porque no sé a dónde más. Aunque hace varios meses
dije que ya nunca jamás iba a volver por aquí, que no tenía caso, que ya pasó
de moda, que ni siquiera escribo chido. Así que desde hace varios meses mis
ejercicios de escritura se han divido en dos: por una parte cosas que creo que
son serias y podrían publicarse en algún lado menos anónimo que acá (pero en
realidad parece que no tanto porque de ninguna revista de arte/cultura me han
respondido), y por otra parte correos, muchos correos que mando casi todas las
semanas a los afectos que andan regados por la Ciudad de México, Saltillo,
Londres, Sudáfrica. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">***<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hace varios años fui a una
cantina con un entonces amigo, y unos tipos de otra mesa quisieron acercarse a
la de nosotros. Mi entonces amigo se puso a discutir con uno de ellos un tema
aburrido, y yo me puse a platicar con una señora no me acuerdo de qué. Sólo me
acuerdo de que entonces yo estaba medio peda, y medio perdida con mi vida, así
que le dije eso ‘creo que no sé qué quiero hacer con mi vida’; la doña me dijo
que el consejo que le daría a una hija (si la tuviera) sería ‘haz lo que
querías hacer cuando eras niña’. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pues yo cuando era niña
quería ser escritora. Leía, y leía, y leía, acorralada por el tedio dominical,
mi nula vida social, y mis nulas actividades extraescolares. Creo que leer y
escribir van de la mano, porque ya desde entonces se me ocurrió que si
disfrutaba tanto leer, pues imagínense cuánto mejor sería escribir. Así que
ñoñísimamente escribía cuentos y ‘reflexiones’, pero creo que ya desde entonces
me salían puras cosas cursis que trataban de imitar a Las Mujercitas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Mi biografía lectora es un
espejo de mi biografía en todo lo demás: he ido improvisando con mayor o menor
fortuna, porque resulta que nunca he tenido mentores/as ni modelos. Es como
cuando digo: ‘soy la primera de mi casa en ir a Estados Unidos’ jajaja. Se oye
bien tonto, pero es neta: a mí nadie me explicó cómo moverme en un aeropuerto,
cómo pedir explicaciones, cómo no tener miedo a situaciones desconocidas. Así
que voy por la vida muriéndome de miedo y de emoción al mismo tiempo, y voy por
la vida improvisando. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Con las letras me pasó
exactamente lo mismo. Jamás voy a terminar de agradecer que mi mamá me comprara
libros con el dinero de las tandas, pero básicamente me dejaba leer lo que
quisiera, pensando que ‘qué hijas tan raras éstas que piden libros cada
cumpleaños’. Se supone que aquí los/as profesores podrían haber jugado un papel
importante, pero pues educación mexicana en la que me exigían leer a Paulo
Coelho y a Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Una de mis tías con varo una vez nos
regaló a mi hermana y a mí como cinco libros de CCS, ‘a ustedes que les gusta
tanto leer, creo que esto vale la pena’. Seguramente vio la recomendación en
algún lado (en uno de esos programas matutinos, tal vez), fue a un Soriana, los
compró para ella y luego le dieron hueva y nos los regaló. Mi hermana y yo los
leímos todos, y perdón pero yo consideré en aquellos entonces que ‘Un grito
desesperado’ era una novela muy buena y muy fuerte. Ja.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Así que nunca hubo una de
esas voces autorizadas que me dijeran ‘oye, lee esto, no leas aquello’. Todo ha
sido al tanteo: pérdidas de tiempo, hallazgos luminosos de los que me doy todo
el crédito. Quizás por eso no soy una de esas mamonas de la literatura que ven
por encima del hombro a quienes piensan que Benedetti es un buen escritor.
Quizás por eso en realidad me <s>vale </s>valía madre ir por la vida inventando
mi propio canon de autores desconocidos. Como ahorita, que en vez de estar
leyendo a uno de esos clásicos que no conozco, estoy leyendo a una coreana
desconocida (Han Kang) porque me interesó una reseña que leí de la manera más
random en un aeropuerto. También estoy leyendo a Bessie Head, que según me entero
es una autora obligada en la literatura africana/poscolonial/feminista. ¿Pero
saben cómo descubrí a Bessie Head? Porque en la recepción de clausura del curso
de N.Y. un tipo me dijo que estaba haciendo su tesis sobre los libros de Toni
Morrison y de Bessie. Yo estaba medio peda (jaja, para variar), y le dije que
me encanta Toni Morrison, pero que a la otra morra no la conocía. Luego, como
estaba peda, me entró la angustia de que al otro día no me iba a acordar, así
que le pedí al tipo que me escribiera el nombre en un papelito. Semanas después
me acordé y me puse como loca a buscar sus libros. Voy siguiendo pistas, pero
son pistas bien desorganizadas y que no siempre llevan a buenos lugares. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Quizás en la lectura es así,
y aunque es un poco raro que haya leído tanta autora africana y tan poco de
José Emilio Pacheco o de Carlos Monsiváis, pues creo que me siento ligeramente
cómoda con mi trayectoria lectora. Siempre puedo fingir que es más por hipster
que por ignorante. O siempre puedo quedarme callada y no contar la historia de
que en mi familia mi abuela era la única que leía ficción, pero creía que
Isabel Allende era una gran escritora. Hola otra vez, Bourdieu! <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Con la escritura me pasan
cosas más complicadas. Por ejemplo, que nunca tuve la garra de decir en serio
que ‘quiero ser escritora’ y ponerme a pensar en cómo hacerle. Y ese mentor/a
que en las narrativas de los escritores siempre aparece, en la mía sigue
echándose de menos: nadie me dijo que podía dedicarme a eso, que podía vivir de
eso, que no tenía que ser una persona genial para escribir libros que pudieran
publicarse y venderse. Porque cuando era morrita y podía escoger, para mí ser ‘artista’
estaba tan lejano como ser rubia, delgada y tener un novio guapo: cosas
completamente fuera de mi universo de lo posible. Me imaginaba que ser ‘artista’
era una cosa extraordinaria, que tenías que haber nacido con ese talento
manifestándose quién sabe de qué manera, a través de quién sabe qué trances.
Nunca se me ocurrió que era una cosa de aprender y que, aunque difícil, había
un camino más o menos claro de cómo-le-hace-una-para-dedicarse-a-esto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El contexto familiar no
ayudó mucho, y en una comunidad en la que me decían que si me salía de medicina
iba a ser una fracasada, haber terminado escribiendo sociología es ya una
transgresión suficiente, creo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero este año pasaron cosas
en mi vida. Renuncié al trabajo, he vivido estos 8 meses en casas prestadas, he
viajado, ido, regresado. De repente estuve en N.Y. tomando clases con una morra
famosísima, o estuve en Sudáfrica en una zona pobre escuchando una conferencia
de Bill Gates, o estuve hablando con un diplomático chavista, o en la Ciudad de
México en un bar feminista en donde una morra me dijo que si no soy lesbiana es
por miedo a renunciar a mis privilegios heterosexuales. Y de repente pensé que
quizás, después de todo, todavía podía darle vuelta al volante y ponerme a
escribir ‘en serio’. Sin mucha idea de qué quiere decir ‘en serio’, supongo que
algo tiene que ver con publicar y que alguien te lea. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero resulta que no, porque
ahora estoy grande, no tengo contactos, no tengo redes, no sé cómo funciona el
asunto de la publicación fuera de la academia y, sobre todo, no escribo lo
suficientemente bien como para dedicarme a eso. Por eso me enojé con el blog, y
por eso dije que ‘nunca más’: porque es una cosa para aficionados, porque al
final de todas formas nadie me lee, porque es (y esto lo escribí en varios
mails) como si fuera una niña que se pone a hacer dibujitos cuando su mamá la
lleva a su oficina porque no tuvo con quién dejarla, y entonces todo mundo dice
“qué bueno que la niña, tan buena, se entretiene solita”, y la mamá da gracias
a dios de que así sea y le dice a la niña que sus dibujos están bien chidos y
que los va a pegar en el refri. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Así que los últimos dos
meses, además de todas las cosas que ya van tomando forma en una bonita y bien
conocida depresión (de la que además ya qué hueva escribir), me he dedicado a
hacer una especie de duelo por eso que no fui. Que no soy. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Me tardé un montón en
tomarme en serio a la niña que fui, y luego en darme cuenta de que mejor no. Envejecer
a lo mejor es eso: darle cuentas a nuestros yoes anteriores, y llorarles un
poquito en sus pequeñas tumbas. <o:p></o:p></span></div>
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</script>N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-51957918820364739432016-05-02T11:37:00.000-07:002016-05-02T11:37:16.671-07:0024A<div style="text-align: justify;">
Dejó acá el primer texto que he presentado en el seminario del que ya les conté. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
El primer comentario que me hicieron estuvo bien mala lechoso. Empieza diciendo el vato que "quizás no es mi papel decir esto, pero no entiendo por qué estamos discutiendo este texto en un seminario de literatura" jajaja. Luego: que estaba cursi, que no se entendía, que no le parecía chida mi postura de una feminista que se burla de otras mujeres (?), que las cursivas qué pedo, etc., etc.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo, los comentarios de El Maestro fueron bastante buenos. Dijo que él quitaría la parte editorial porque era políticamente correcta y no aportaba mucho al debate (o sea los tres primeros párrafos), que la parte periodística estaba 'en su punto', y que lo más potente era la onda de la 'crónica gonzo' pero que me faltaba enfatizarla. Luego se tiró un rollo muy interesante de por qué a estas alturas ya es ridículo decir que un texto no tiene valor literario sólo porque no puedes decir a qué género pertenece, es más, que eso del género ya ni se usa. Punto para la dama, creo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando salimos, rumbo a las chelas de cada miércoles post seminario, El Maestro caminó conmigo y me dijo que 'me gustó mucho tu texto. O sea no todo, hubo cosas que no me gustaron, pero en general está bien'. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y pues quiero decirles que eso es lo mejor que alguien puede decirte, porque he descubierto que en estas ondas de los talleres de escritura NO SE USA, es más, está prohibido eso de decirle a alguien que 'qué chingón tu texto', o 'me gustó mucho'. No amigues, acá el chiste es tirar trancazos. Son muy rudos estos escritores, y contrasta muchísimo con mis talleres académicos buenaondita y chairos sobre el espíritu de construir en colectivo. No sé, raro. Luego escribo más de esto. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
También luego escribo de que no puedo creer la forma en que convertí estos meses de recuperación en Saltillo, en una cosa desordenadísima, una montaña rusa de emociones, un caos del que ya quiero escapar. Tengo el super talento de hacer tormentas en vasos de agua. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mientras, dejo 'el texto sin género reconocible' acá. Es una primera versión, lo tengo que seguir trabajando con los comentarios que me hicieron, pero la neta tengo un chorrísimo de trabajo y no sé si se va a poder. En fin. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
(Ah, y sí, otro tipo me criticó que puse que todo empezó con las muertas de Juárez, que le asombraba que 'una feminista no sepa que esto ha estado presente siempre en la cultura mexicana'. Y sí, sí sabía. Pero quise empezar con Ciudad Juárez siguiendo la propuesta de Rita Laura Segato sobre los cuerpos de las mujeres, la pedagogía de la crueldad y las nuevas formas de la guerra en México. Le hubiera contestado eso al tipo, pero está prohibido que respondas cuando te están comentando. Es más: está prohibido que te hablen, todomundo tiene que hablar onda 'me sorprende que la autora haya tomado la decisión de hacer catarsis al final' jajaja.)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
***</div>
<div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">24A<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
horror que se escribe en este país sobre los cuerpos de las mujeres no es
nuevo: empezó hace un par de décadas con las muertas de Juárez y, desde
entonces, no ha hecho sino cambiar de sedes, formas y discursos. Sin embargo la
constante pues, es eso, una constante: mujeres violadas, asesinadas,
desaparecidas, desmembradas, cercenadas, perdidas. Cuerpos desechables, notas
rojas, interminables discusiones políticas. La consecuencia de todo, parecía
hasta hace pocas semanas, era la naturalización de esa violencia: aceptar como
destino inevitable que México es una patria que siempre trae un ojo morado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La
pregunta, entonces, es por qué tardamos tanto en movilizarnos en torno a este
tema. Quizás no es La pregunta, pero al menos es una cosa que no he dejado de
pensar desde que salió la convocatoria para la marcha del 24 de abril, y mis
amigas feministas en Facebook y en todos lados alzaron la voz para celebrarlo:
¡ya era hora! Claro, ya era hora, ya hasta se nos estaba haciendo tarde, pero
¿por qué tardamos tantísimo? Yo he salido a marchar por el desafuero del peje,
porque nos robaron la presidencia, por el movimiento 132, para pedir la
democratización de los medios de comunicación en México y, obviamente, por los
43 estudiantes desaparecidos en el 2014.
En todas esas coyunturas marché en contingentes feministas. Ahí
estuvimos, vestidas de violeta y gritando consignas no sexistas. Acompañamos,
lloramos, exigimos. Y luego, irónicamente, parece que repetimos el estereotipo
de las madres abnegadas que abrazan todas las causas, menos la de no ser la
única que limpie la mierda que el resto de la familia deja en el baño. Nos
hemos indignado con las miles de razones para la rabia que en este país caen
como maná: diaria, gratuita e imperceptiblemente, pero no habíamos sido capaces
de poner nuestras vidas y a nuestras muertas en el lugar protagónico de la
política. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Y
entonces, más tarde que temprano, surgió la convocatoria: hagamos la primavera
violeta, salgamos a marchar contra las violencias machistas- así, en plural, como
buenas hijas de los tiempos - mirémonos a los ojos y recordemos que no estamos
solas, que esta lucha se pelea en colectivo, o las posibilidades de ganarla de
plano desaparecen. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">A
mí el 24A me agarró en Saltillo, ni modo. Con el miedo de que no hubiera quórum
suficiente, llegué al solazo norteño de las 5:00 pm en la Alameda, lista para
al menos tomarle el pulso a esta ciudad que no termino de reconocer.
Sorprendentemente, estaban poco más de 70 personas, en su mayoría mujeres,
esperando que saliera el contingente. Todas ellas venían a la marcha con la
actitud de ir a presentar una tabla gimnástica en la secundaria. No lo digo de
forma peyorativa, lo digo porque se notaba un chingo de trabajo previo al
aparecerse en la alameda a las 5:00pm: un grupo venía uniformado con camisetas
negras y paliacates morados, todos del mismo tono; otro grupo venía de color morado/violeta,
todas cargando carteles con las mismas consignas y tipografía; había un par de
niñas con muñecas con listoncitos violetas y consignas en miniatura, una señora
repartía pulseras del mismo color. Yo llegué con el habitus chilango de estar 20
minutos después de lo citado y, 15 minutos antes de lo citado (o sea 35 antes
de mi hora calculada), las amigas con las que iba a marchar ya me estaban
llamando al celular para preguntarme que dónde estaba. Ésa era la atmósfera de
los 15 minutos antes: 70 mujeres (y unos cuantos hombres), todas <i>preparadas </i>para marchar: tenis, botellas
con agua, cantimploras, cachuchas, lentes de sol, pancartas traídas de casa, o
sea, no hechas ahí al trancazo con un lápiz labial, uniformes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">En
este extremo tono de organización, orden y cordialidad, protección civil
apareció a tiempo, y educadamente le dijo a la organizadora que tenían órdenes
de no dejar que cerraran la calle de victoria, <i>por el tráfico</i>. La organizadora dijo que entonces marcharíamos por
Aldama. La agente de protección civil dijo que OK, que siguieran a la patrulla.
La organizadora dijo que muchas gracias. La de protección civil se fue manejando
la patrulla, acompañando las consignas con el claxon de tanto en tanto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Finalmente
salió el contingente, con el Colectivo Revolución Púrpura a la cabeza. Otra vez
el orden presente: repartieron hojitas con las consignas impresas, y las íbamos
gritando por orden numérico: primero la primera, después la segunda, y así
sucesivamente. Las consignas eran las mismas de siempre: no me da la gana ser
asesinada por quien dice que me ama; señor, señora, no sea indiferente, se mata
a las mujeres en la cara de la gente; lucha, lucha, lucha, no dejes de luchar,
por una patria justa, feminista y popular. Y tiemblen, y tiemblen, y tiemblen
los machistas, que América Latina será toda feminista. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">No
había ni un megáfono, ni un tambor, ni sonido, ni nada. Sólo las voces de
quienes marchaban y se animaban a gritar consignas. No todo mundo gritaba,
otras asistentes sólo se reían y alzaban sus cartelones para protegerse del
solazo norteño y también, quién sabe, de las miradas de los transeúntes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
grupo de adelante iba caminando demasiado rápido, así que la marcha duró más
bien poquito: el tráfico no se interrumpió por más de 30 minutos. En la calle
de Aldama la gente se paraba y salía de las boutiques y zapaterías como si se
tratara de un desfile; se detenían en las banquetas, nos veían, sonreían
burlonamente (algunos), solidariamente (muy pocos), sin expresión reconocible
(la mayoría). Y bueno, tampoco había tantísima gente en las calles: eran las
5:30 y quizás ya mencioné muchas veces el factor solazo norteño. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Una
periodista nos tomó fotos, mi amiga V. se rió y dijo ‘ahora sí mi mamá no se va
a acabar la carrilla’, el resto del grupo soltó una carcajada. “A ver qué me
dice mi novio cuando me vea en el periódico”, dijo otra también entre risas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Llegamos
a la plaza de la Nueva Tlaxcala, tampoco nos dieron permiso de ir a la de
armas. Nadie sabía qué hacer: el contingente sonreía, alzaba otra vez las
pancartas, ¡había durado tan poco! <i>¿y
ahora qué hacemos?</i>, me preguntó el tipo de al lado. <i>No sé</i>, le dije, <i>esperemos a
que las organizadoras den instrucciones</i>. Pero ellas no daban instrucciones,
y no tenían sonido, ni megáfono, ni pódium, ni nada. A alguien se le ocurrió
que hiciéramos un círculo, lo hicimos. Seguimos gritando consignas otros 10
minutos, en orden. El sol, el calor, los ánimos que iban serenándose. La gente
se empezó a dispersar: comprar aguas en el oxxo o sentarse en una sombrita en
la acera de enfrente. Finalmente las organizadoras pusieron dos pliegos de
papel estraza y marcadores en una pared y en el piso: que si queríamos podíamos
pasar a escribir historias de MiPrimerAcoso, tema que había estado en las redes
sociales de México desde el día anterior. Que no nos fúeramos, pronto llegaría
el sonido y un espectáculo de belly dance. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
contingente feminista empezó a hacerse más difuso, familias se acercaban cuando
finalmente llegó el sonido y puso una canción de rap, marchistas empezaron a
irse, todo fue cambiando de colores. Ya no predominaba el violeta. Una vez
terminado el espectáculo, cuando finalmente se leyó el comunicado, la mayoría
de la gente ya no entendía muy bien qué tenía que ver una cosa con la otra. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Nosotros
nos fuimos asoleados a buscar algo de tomar, sólo para llegar a un
establecimiento después de las 8:00 pm, y que nos dijeran que ya se había
terminado la venta de alcohol. <i>Es
domingo, y a esta hora ya no nos dejan, disculpen, estamos en Saltillo</i> –
nos dijo la irreverente mesera. Ni siquiera pudimos llevar a cabo el sagrado
ritual de contarnos la marcha frente a un tarro de cerveza. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Todo
fue así: novato, chiquito, esforzado, sin la espontaneidad del hábito, sin la
práctica de externar la rabia o la alegría. Gente que iba con mucha expectativa
y mucha decisión, y que se fueron contentas con la aventura de haber hecho
algo, y de salir en el periódico ‘haciendo desmadre’, aunque el mayor desmadre,
creo, fue no haber marchado por la banqueta. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Y,
sin embargo, a mí es la marcha que más honestamente me ha hablado de
despertares.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Entonces
acá tengo que correr la cortina y hacer un flashback al lunes antes de la
marcha, en casa de V., en donde nos reunimos tres chicas, V., y yo, a hablar
sobre feminismo, decidir si íbamos a marchar juntas, y si nos íbamos a
presentar como colectivo. <i>Colectiva</i>,
les dije yo, porque ése es el léxico del movimiento feminista. <i>Colectivo,</i> corrigieron ellas, <i>todavía no somos tan radicales</i>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Ese
lunes todas, sin excepción, me dijeron como disculpándose que ‘estaban en
pañales’. Una de ellas me dijo: ‘yo sí concuerdo con esto que estamos
discutiendo, pero creo que me falta mucho para llegar a decirme feminista’. Las
demás dijeron sentirse igual. Luego hablamos de procesos, y de cómo ser
feminista es tan fácil como empezar por apropiarse ni más ni menos que del
propio cuerpo: que nadie lo toque sin nuestro consentimiento, que nadie lo
violente, que nadie lo consuma, que nadie lo juzgue, que nadie lo humille, que
nadie le dicte la agenda ni le cuente las calorías. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Yo,
feminista, abortista, solterona, sin hijos, que hace 8 años salí corriendo de
la conservadora sociedad saltillense para volverme invisible en el D.F., el
domingo marché junto a ellas, el naciente colectivo, y al verlas sonriendo para
el periódico Vanguardia, y gritando por la calle de Aldama <i>que la alerta feminista camina por Saltillo</i>, no pude sino sentirme
llena de admiración. Qué jodidamente valientes estas chicas que un día antes
fueron a Suburbia a comprar camisetas del mismo color: violeta. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
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N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-23436687522054310042016-03-31T20:23:00.001-07:002018-09-27T03:30:57.634-07:00Domingos Tinder <div style="text-align: justify;">
Al final no me fui a S.A. O por lo menos no por ahora. </div>
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<br />
<div style="text-align: justify;">
Pasó eso que los escritores dicen 'lo que viene de afuera', me ofrecieron un trabajo en Saltillo, decidí quedarme acá hasta junio. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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***</div>
<div style="text-align: justify;">
Necesitaba hacerme nuevas rutinas en Saltillo para no morirme de aburrimiento, así que entre estas cosas se me ocurrió probarme un disfraz. O mi versión de probarme un disfraz: entrar a un seminario de escritura creativa que dicta un reconocido escritor del norte de México. </div>
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<br /></div>
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***</div>
<div style="text-align: justify;">
Yo estaba tan divertida con esto de los disfraces hasta que ahorita que lo escribí me di cuenta de qué sola estoy, qué aburrida, qué cansada. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es como cuando una amiga (progre, but of course) me dijo que Tinder le parecía la marca más palpable de nuestras posmodernas soledades. Una aplicación triste de la era del vacío que ella no pensaba usar jamás. </div>
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<br /></div>
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Yo, en cambio, fui fan del tinder todo el año pasado. Otra vez: me la pasaba jugando a salir con tipos a los que no tenía ninguna intención de volver a ver. Había dos retos que yo me ponía: el primero, que <i>no matter what</i> tenía que encontrar un tema del que pudiera platicar con ellos en una conversación todo lo interesante que se pudiera. Eso era muy fácil con los chicos intelectualoides que podían hablar de literatura, o con los ñoñitos académicos que disfrutaron pelearse conmigo sobre si Kuhn leyó a Hegel o no. Pero luego había casos más interesantes: el técnico electricista que sabía todo de drogas y tenía faltas de ortografía, el médico recién divorciado que no había salido del hospital ni del matrimonio en años, el abogado sin chamba, el diseñador empresario, etc. </div>
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<br /></div>
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Como casi todo en la vida, se trata de hacer las preguntas adecuadas. Pero hacer las preguntas adecuadas es un pedo, sobre todo si tienes enfrente a alguien de quien no sabes nada. Ése era el chiste de mi juego y a mí me divertía mucho, aunque nomás yo supiera las reglas (igual que ahora que tomo nota SOBRE el seminario, y no sobre los contenidos del seminario). </div>
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<br /></div>
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El segundo reto con los chicos tinder era que todo lo que fuera a pasar, tenía que pasar sólo ese día porque el chiste era no volver a verlos nunca. Entonces eso te lleva a hacer preguntas más arriesgadas, a reírte con más ganas, a decir más tonterías, a decir lo que te pasa por la cabeza, etc. Hubo sólo tres personas (de las casi 20 con las que salí) a las que quise ver otra vez. De esas tres, hubo sólo una a la que quise conservar como amigo. </div>
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Ya sé que estas estadísticas favorecen la versión de mi amiga sobre lo líquido y lo vacío. ¿Estás usando a pinches seres humanos para tus tontos experimentos con nulo rigor científico? </div>
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Yo estaba jugando, y para mí eso de 'juegas conmigo' no tiene nada de ofensivo. ¿Qué cosa puede ser más placentera, más divertida, más llena de vida que el juego? Y mi juego tonto ni le hacía daño a nadie, porque tampoco se crean que la banda se enamoraba de mí a la primera cita. La banda (alguna) volvía a mandar mensajes, pero cuando no les respondía agarraban el pedo y ya, a lo que sigue. </div>
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Igual que con el seminario: me divertía jugar a eso, pero ahora que lo escribo pienso que sí, que qué sola estaba todos esos domingos inventándome 'retos sociales' en vez de irme al cine con una amiga. Pues he ahí la cruda realidad: mi recurso más a la mano para los domingos eternos no eran mis amigas, eran los vatos de tinder. </div>
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<br /></div>
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Aunque ahora llore y jure que extraño a mis amigas como nunca pensé, lo cierto es que: domingos Tinder N., no lo olvides. </div>
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El punto es que... No sé, ya ni sé cuál es el punto de este post. </div>
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<br /></div>
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Iba a tratarse de los disfraces, los cuerpos y los matices, y terminó tratándose de los juegos que nos inventamos para entretener la soledad. En mi caso, como soy bien literal y bien obvia, se trata de juegos de verdad: vamos a ir a un seminario de escritores a ver qué chingaderas dicen, y cómo es la dinámica, y lo anotamos en nuestra libretita de sociología de banqueta. O 'vamos a salir con vatos a los que no conocemos y les preguntamos cosas de la vida, del amor, y de sus rumis' (jajaja, no me lo van a creer, pero la pregunta rompehielo mejor de todas las preguntas rompehielo, era: ¿y cómo te va con tus rumis?')</div>
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¿Pero y las otras cosas qué? ¿no son en el fondo también un juego: reglas, dados, escenarios/tableros, jugadores, cosas por ganar? ¿entonces por qué mi pinche amiga se quejaba del juego del tinder y no del juego del matrimonio? ¿por qué era más líquido o más vacío una cosa que la otra? </div>
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Al final llegamos a lo mismo que últimamente llego casi siempre: que esto no tiene ningún sentido. 'Ganamos' puras cosas que se parecen a las tarjetitas con la foto del premio (yo tenía un juego de mesa que se llama 'Contest', los premios eran fotos así de 'te ganaste una tele' - tarjetita con la foto de una tele). <i>Te ganaste el prestigio (shuu), te ganaste La Felicidad (yeiiiih!), te ganaste al poderoso caballero (hell yeah!). </i></div>
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<div style="text-align: justify;">
Qué cagado, últimamente soy la persona más feliz del mundo (neta soy feliz feliz feliz), y llego a las mismas conclusiones de cuando era la depresiva que pensaba que matarse era la solución al problema 'no puedo con la vida'. </div>
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N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-36045279686598106842016-02-12T18:13:00.000-08:002018-09-27T03:36:28.570-07:0012 de febrero 2016Pensamientos random del aquí/ahora<script src="https://www.google-analytics.com/urchin.js" type="text/javascript">
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1. Siempre me pasa lo mismo: primero no quiero llegar, y luego no me quiero ir. No sé si alguna vez me voy a acostumbrar a las despedidas, a sentir que tengo los afectos tan desperdigados, con tantos paréntesis / ausencias entre nuestras vidas.</div>
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Las primeras semanas en Saltillo fueron un poco difíciles, muchos ajustes y desajustes en la convivencia familiar y en mi pronunciado cambio de rutina (sin chamba, con el cuarto propio un poco reducido, sin las amigas de siempre, etc.). Pero luego de eso las últimas semanas se han tratado del amor incondicional. Es cursi pero es así: esos amores que sabes que no importa lo que pase, van a estar ahí, constantes. Eso es absolutamente sanador. Para bien o para mal, me doy cuenta de que mis afectos en Saltillo son los menos mediados por la rutina, y más mediados por eso que puedo pensar 'lo que en realidad soy'. Son pocos, porque me imagino que esta calidad en los sentimientos es escasa y yo soy afortunada de que acá estén no sólo en mis papás o en mi sobrino, sino también en vínculos no mediados por el parentesco: Sergio y Emilia, los amigos más fieles y cariñosos que una podría haber pedido o siquiera imaginado. </div>
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He visto a muchísimas viejas amistades, y ha sido padre compartir el rato con ellas para ponernos al tanto de nuestras vidas, una rápida actualización de noticias de los últimos 7 años frente a un café o cerveza, para después irse cada quien muy por su lado, para volver a ser los extraños que hemos sido durante todo este tiempo. </div>
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Pero con Sergio y con Emilia no es así, porque de alguna manera le hemos hecho para que estos años no se sientan en la relación, para que los resúmenes ejecutivos no sean tan necesarios porque mal o bien estamos un poco al tanto de lo que nos pasa. Es padrísimo llegar a Saltillo, verlos, apretar el botón de 'play' en la amistad - otra vez - y sentir que todo fluye sin pausas, desgarraduras o rasguños. Si el amor existe de muchas formas y es lo único que vale la pena en nuestras vidas, yo estoy segura de que antes de morirme voy a ver sus rostros y ese amor compartido de truenes, viajes, camas de hospital, el bar de siempre. Si ésta es la recompensa a decidir serle fiel a un afecto, no hay cosa que yo podría recomendarle más a mis hipóteticos hijos/as: tengan amigos, pero amigos de verdad, de esos con los que uno hace el compromiso interno de quererlos a pesar de todo, de que sean tus compañeros de viajes (nota no al calce un poco extraña: no estoy segura de haber sido capaz de construir algo así con mis amistades en el D.F.)</div>
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Y de mis papás no hay nada que pueda decir que sea distinto. Nuestra relación ha sido complicada como todas las relaciones padres/hija del mundo, pero al final estamos aprendiendo (todavía, cada día) a demostrarnos que nos queremos como somos, por mucho que eso que somos a veces no sea fácil de entender. </div>
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Así que ahora que me voy dentro de unos días pues, no sé, estoy triste sólo de pensar en que voy a perder todo esto, otra vez. Ni siquiera quiero pensar en ese abrazo <i>final de temporada</i>, estoy segura de que voy a ponerme a llorar porque, de alguna forma, estos constantes viajes me han hecho más alerta de que es cierto que nada puede regresar a nosotros de la misma manera. Este tiempo de recuperación me salió mejor de lo esperado, y ahora tengo que agarrar fuerzas y seguir.</div>
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2. Luego resulta que mi vida, cuando la narro, me resulta a veces muy ajena. Me voy a 'pasar una temporada' a Sudáfrica. Después regreso y me voy cerca de un mes a Nueva York. Es una locura. A veces pienso que soy una de esas pocas personas en el mundo a las que de repente empiezan a sucederles cosas que no parecían venir, que no parecían obvias, que no parecía que fueran a formar parte de su futuro, nunca. Y sin embargo... </div>
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<br /></div>
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Muchas cosas son un asunto de clase (casi todo), y yo, me guste o no, soy uno de esos raros casos de movilidad social en el país. Me ha costado muchas horas de terapia entender esto. Ya he contado antes que mi familia es bien working class, clase media tirando a baja. Una familia en la que he palpado las doloras consecuencias del desempleo: mi padre y su masculinidad fracturada, mis padres y las carencias materiales y emocionales que nos transmitieron. Ahora que estoy interesada en la sociología de las emociones veo esas cosas de manera muy clara, y veo también de manera muy clara cómo todas esas cosas (emociones) se van quedando escritas en el cuerpo. </div>
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<br /></div>
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Yo, por ejemplo, nunca aprendí a nadar. Supongo que a mi papá nunca le pareció algo útil de enseñarme (no tuvimos jamás vacaciones en ningún lado,no hemos ido juntos jamás a la playa, no nos hemos hospedado en hoteles con alberca, no nada de nada). No teníamos dinero para pagar un curso de natación (ni de ballet, ni de baile, ni de karate, ni de nada). Así que no aprendí. Y después, y hasta la fecha, las albercas son uno de esos escenarios que siempre me hacen sentir incómoda. Obvio, sí, por los parámetros de belleza heteropatriarcal y mis kilos de más. Pero también porque es un escenario que es tan no - mío, que no forma parte de mi background. Recuerdo que alguna vez en la adolescencia fui a nadar con el grupo de niños fresas con los que me juntaba: pocos recuerdos son más embarazosos para mí. Estar ahí sin saber nadar, metiéndome a la alberca sólo a la parte menos honda, mientras ellos se divertían en la parte honda jugando carreritas y stuff. </div>
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Y así como eso hay un chorro de escenarios que me generan incomodidad. Tampoco aprendí a manejar (lo mismo: no había posibilidades de que tuviera un coche, el carro de mi papá jamás ha estado asegurado así que por nada del mundo lo usarían para enseñarle a manejar a una adolescente, etc.). Los aeropuertos me dan pánico (no viajar, eso no me asusta. Lo que me aterra son los aeropuertos, sobre todo cuando no están en lugares de habla hispana: me asusta no saber dónde formarme, no llevar los papeles que necesito, no entender las instrucciones en inglés, perder el vuelo por no entender a qué puerta tenía que dirigirme....).Por muchos años hablar inglés hacía que me muriera de la verguenza, prefería hacer cosas tontas como decir 'este autor, no me acuerdo cómo se llama, el autor de los Versos Satánicos' antes que pronunciar Rushdie de manera errónea. También por muchos años los restaurantes caros me daban el mal viaje a todo lo que da. </div>
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Poco a poco he ido teniendo que 'domar' algunos de esos miedos o inseguridades. El más fácil: ir a restaurantes gourmet (pese a mi humilde origen social, soy una gordita muy sibarita que adora la comida internacional). El más urgente: aprender a hablar inglés. El más difícil (hasta ahora):moverme en ambientes multiculturales. </div>
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<br /></div>
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Unos ya van perdiendo toda emoción. Por ejemplo, los aeropuertos ya se me hacen equis y hasta tediosos, en el 2016 viajé mucho (fui a Mérida, Tijuana, Sonora, Chihuahua, Guatemala, Colombia, Oaxaca) y ya, prueba superada. MENOS cuando es fuera de América Latina, ahí sí me dan pesadillas y no puedo dormir el día anterior. Otro ejemplo: es rarísimo que ahora tengo una amiga maestra gringa que no habla nada de español y a la que veo una vez por semana para tomar café y platicar. Es una NATIVE SPEAKER y hablamos durante dos horas seguidas cada martes. Y la neta es que he llegado a alcanzar momentos chidos en los que se me olvida que estoy hablando inglés. </div>
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<br /></div>
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Pero otros ahí siguen. Lo que me lleva a: voy un mes a Nueva York este año. En octubre vi que estaba abierta la convocatoria para ir a la escuela de verano de cierta universidad. Postulé porque... no sé, en mi estado normal no lo hubiera hecho. Pero lo hice porque en mi extrabajo se la pasaban todo el tiempo haciéndome sentir que, o bien era una imbécil que no le podía agarrar la onda a mi puesto, o bien era una soberbia que 'no es tan inteligente como cree que es'. En ese contexto, empecé a ponerme muy desesperada por encontrar otras fuentes de validación (acepté hacer consultorías sólo para demostrarme que sí podía trabajar bien con la gente, o me esforcé muchísimo en preparar mis clases sólo para que mis alumnas me admiraran, etc.). Así que cuando vi la convocatoria abierta pues: tiré los dados. Luego se me olvidó. Luego llegó la fecha de los resultados y, ya con la distancia del p*eg, dije 'ok, si no me aceptan equis, de todas formas ni siquiera lo puedo pagar'. Y taráaaan: llegó el mail. No sólo me aceptaron, me dieron la beca completa. Me voy en verano un mes a Nueva York, a hacer un curso en la New School, con Gayatri Spivak y Judith Butler como docentes. </div>
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<br /></div>
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Cuando leí el mail me puse feliz, le avisé a A., le avisé a mis amigas, le avisé a mis papás (quienes, antes de felicitarme, se angustiaron). </div>
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<br /></div>
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Después de dos horas de euforia, me puse a pensar: voy a tener que ir al aeropuerto de NY. Y voy a tener que quedarme en una habitación con gente de otro país. Y el curso será en inglés. Y voy a estar sola. Y yo jamás he ido a Estados Unidos, Y ..... caí enferma. Tuve un dolor de huesos y de cabeza que me duró dos días, en los que casi no pude levantarme de la cama y en los que tuve pesadillas todo el tiempo. </div>
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Parece que este año las aguas vienen muy intensas. Ojalá no naufrague entre mis miedos. </div>
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N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-10888167325841954842016-01-21T22:42:00.000-08:002018-09-27T03:44:24.371-07:0021 enero 2016<script src="https://www.google-analytics.com/urchin.js" type="text/javascript">
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<br />
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dije que iba a escribir mucho pero en realidad no lo estoy haciendo. También dije que iba a leer un montón, y a hacer ejercicio, y a dormir y 'disfrutar de la vida', pero la verdad es que no estoy haciendo mucho de eso tampoco. </div>
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<br /></div>
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Hice una cosa muy arriesgada y ahora no sé muy bien cómo seguir. O sea que salté sin red. Renuncié a la chamba, me fui del D.F., me vine a Saltillo y ahora no sé bien qué onda. No sé qué hacer. Odio estar sin trabajo. Yo, que el semestre pasado trabajaba de 10 a 9, ahora tengo todos los días en blanco. </div>
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<br /></div>
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Además: estoy en casa de mis papás y eso siempre resulta un poco problemático. </div>
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Además: cada vez tengo menos amigues en Saltillo, menos gente para ir a echar la chela los fines de semana (ya no digamos el café entre semana), y ahora hasta mi mejor mejor amigo está esperando un bebé. </div>
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<br /></div>
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No sé por qué hice lo que hice (bueno, sí, ya lo conté en el otro post: porque no aguantaba más estar ahí), y no sé por qué escogí Saltillo para lamerme las heridas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Conté alguna vez que mi tesis de maestría fue sobre el retorno de migrantes internacionales? La melancólica incorregible siempre se ha sentido atraída por la triste historia del retornado: el que cambia la dirección del camino sólo para darse cuenta de que no hay regreso posible. Y así estoy yo ahora, acá. Me la paso llorando en las noches pensando que un día mis papás se van a morir y mi sobrino ya no va a pensar que soy lo máximo en el mundo (o sea: mi sobrino ahora piensa que soy lo máximo en el mundo jaja). Tengo sueños rarísimos. Me he impuesto la disciplina de buscar a personas a las que hace años no veo, no sé por qué hago eso, pero gracias a fb he mandado muchos mensajes de 'hey, estoy en Saltillo, estaría chido ir por un café', aunque luego no sé qué hacer frente a extraños/as que me preguntan cosas que nunca sé cómo responder. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Duermo un chorro, me levanto angustiada y mi cuerpo recuerda otros momentos de levantarme angustiada que fueron el prefacio de crisis horribles. Luego me digo 'pero eso no está pasando ahora', me meto a bañar, me hago mi jugo verde y digo 'estoy aquí porque quise, porque quiero'. Pero por si las moscas ya fui hoy a comprar mi dotación de antidepresivos, luego de un año y medio de no tomarlos. Ya pues, sin drama. Madurar a lo mejor se trata de eso: de usar los remedios que tanto trabajo nos ha costado comprobar. Y a mí el Citox siempre me soluciona la vida.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Postulé para dos trabajos y no me han llamado de ninguno. Es absurdo, pero pienso que es por mi extrabajo. Me fui de ahí pensando que 'ya llegará otro trabajo en el que sí valoren lo que puedo aportar', y pues parece que eso no es tan fácil. ¿Y qué tal si no fuera así? ¿qué tal que las del p*eg tenían razón y ni soy tan inteligente, y además qué insoportable, y además la señora Directora ya se dedicó a hablar mal de mí en muchos lados? </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El plan A era el doctorado en SA, pero era un plan A de tal magnitud que apenas hoy entré a ver los requisitos para postular. Y las postulaciones cerraron en septiembre. Lloré un ratito, y luego pues nada, parece que no tengo otra opción más que reconocer que quizás no es algo que quería hacer. O quizás sí quería pero tampoco puedo ser tan exigente conmigo; ya conté lo que fue el año pasado, en serio no tuve cabeza para pensar y planear futuros.</div>
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<br /></div>
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2016, cualquier cosa que hagas me va a sorprender porque pues ahora sí que estoy clueless. Ojalá no seas de los que disfrutan las malas bromas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
***</div>
<div style="text-align: justify;">
Dicho lo dicho, aquí va la cosa estable de todos mis años, de todos mis días: los libros que terminé en el 2015</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
1. El palito de naranjo, de Angélica Gorodischer. Como es de una de mis autoras favoritas no tiene ni caso que diga lo que opino de esta novela. La Gorodischer es una gran contadora de historias, y amo que en sus novelas más recientes se haya dedicado a explorar ese tema tan trivial y salvador que es: 'las vueltas que da la vida'. O sea, cómo es que somos puro cauce por el que van pasando cosas buenas, cosas malas, y que al final es cierto que nunca sabemos lo que los días van a traer consigo. Eso puede matarnos de angustia (ejem), o darnos la posibilidad de vivir en la cuerda tersa de la esperanza. Qué bonito sería - pienso - que todos en algún momento tuviéramos la oportunidad de narrarnos nuestra historia. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
2. El barón rampante, de Italo Calvino. De éste tampoco tiene mucho caso que diga lo que pienso, porque ya en otros momentos he expresado que quiero mucho a Calvino porque me recuerda muchas cosas de mi niñez. Una vez leí en una entrevista que Calvino dijo que cada que se ponía a escribir pensaba en historias que fueran sobre todo entretenidas para sus lectores, que buen favor iban a hacerle al pasar tiempo con sus letras. No tengo la entrevista a la mano (pendiente el dramapost de lo horrible que se siente desarmar una biblioteca), pero creo que decía que más o menos de eso iba la literatura, de entretener. Ahora, claro, van a saltar las manos de aquellos sabios intelectuales que digan que la literatura es mucho más que eso, y que en última instancia para eso tenemos las novelas de televisa. Como siempre, subestimando a la banda. Pero yo creo que al final lo pesado de la existencia es el tedio de estar vivos, de tener que levantarnos todos los pinches días (y comer, y respirar, y cagar, y dormir.... tedio, tedio), que el aburrimiento es la cosa más humana en el sentido de revelar lo carente que es nuestra esencia. Así que todo lo que nos aleje de eso, lo que nos haga distraernos, imaginar, entretenernos, bueno pues... supongo que esas son nuestras únicas ventanas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y este libro es Calvino 100%, así que si alguien no lo ha leído y quisiera empezar por algo pues: el barón rampante, sin duda. Una historia súper loca (un barón que decide que va a vivir en las copas de los árboles, y desde ahí crece, se enamora, medita, discute, etc.) narrada de una manera muy conmovedora. Es un deleite amigues, créanme. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
3. Un verano en Lesmona, de Marga Berck. Lo leí casi de pura suerte (me lo encontré en los pasillos de libros usados en CU) porque, sin ninguna referencia, el tema me pareció interesante. En realidad no es una novela sino cartas que dos primas de familias burguesas en Alemania se enviaban a principios del siglo XX. Me causa curiosidad eso porque, como saben, la historia de las mujeres parece que nunca ha interesado demasiado, y por eso desde hace varios años las historiadoras feministas usan fuentes epistolares para construir otras narrativas historiográficas. Aunque, por supuesto y como era de esperarse, quienes podían escribir eran estas mujeres de clases privilegiadas. También fue un libro que disfruté profundamente, aunque se trate de una historia muy rosa, muy del amor romántico. Y pues es que claro, alejadas de todo el mundo de lo público ni modo que las morras pensaran en otra cosa distinta al príncipe azul. Pese a ello, aquí me descubro otra vez como la cursi que soy (amante de las novelas / películas (basadas en novelas) de Jane Austen, porque cómo olvidarnos de la escena en la que el Señor Darcy está bajo la lluvia....) y pues, qué remedio, amé este libro. </div>
<div style="text-align: justify;">
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4. Americanah, de Chimamanda Ngozi Adichie. Bueno, ya, 2015 se trató de leer autores/as que me gustan un chorro. Chimamanda es ahora un fenómeno en la literatura mundial (y además tan joven, y tan feminista, y con una prosa tan profunda...), así que ahora se animó a escribir este libro mucho más light que los anteriores (con los que ganó fama, sobre todo Half of the yellow sun, que es un dramón marca diablo), sobre una especie de autobiografía de una chica nigeriana inmigrante en Estados Unidos, que después de muchos años decide regresar a Lagos. Más o menos todo gira sobre una historia de amor, cosa que no me pareció lo máximo porque creo que a Chimamanda (con todo lo que ya dije que es) a veces se le va la mano un poco hacia los clichés, entonces la historia de amor creo que es un poco floja. Sin embargo, en todas las demás páginas hay cosas muy divertidas, como la discusión de la raza percibida por una nigeriana en los United States (y, por cierto, la protagonista escribía todas sus reflexiones sobre el tema en un blog), la descripción (esto fue lo más gracioso) de los grupos intelectuales de jóvenes estadounidenses, el capítulo (lo transcribiría con gusto) en el que se dedica a pensar sobre el cabello de las negras y por qué siempre es un pedo,and so.</div>
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O sea, no es la gran literatura, no está del nivel de Half of the yellow sun, pero es muy divertido y, lo dicho, yo creo que tienes que ser una gran escritora para escribir algo que haga reir a los lectores/as. </div>
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Estoy tan agradecida por la existencia de esta clase de libros; lo voy a recordar con cariño porque me aligeró las 12 horas que pasé encerrada en un aeropuerto de Brasil (imagínense qué hubiera sido de mí en esas circunstancias cargando otra clase de lectura)</div>
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5. The Icarus Girl, de Helen Oyeyemi. Acá como verán tuve mi momento de emoción con la literatura africana (por obvias razones). Oyeyemi es mucho menos conocida que Chimamanda; también es nigeriana y también es muy joven. Lo primero que conocí de ella fue esta novela, que además fue su primera cosa publicada (cuando la morrita tenía como 20 años!!). En realidad no la leí, sino que la escuché en un audiolibro pero ps me vale y la voy a incluir en mi lista. Se trata sobre una niña hija de nigeriana e inglés, que vive en Inglaterra con sus papás, y que un día va de visita a Nigeria a conocer a la familia materna. Hasta ahí todo bien, pero en Nigeria se le 'pega' un espíritu en forma de niña (a la que sólo ella puede ver) que se llama Tilly Tilly. De ahí en delante la historia se va volviendo cada vez más loca, y pasa de ciertos episodios divertidos de las dos niñas haciendo travesuras, a que la Tilly Tilly se revela cada vez más como un espíritu maligno que hace cosas horribles. El final no se los voy a contar. </div>
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Ya cuando terminé el libro pensé que 'qué chafaaaa', porque hay como muchas cosas que no quedan claras o que nunca terminan de hacer click. Pero es como con las pelis de terror, mientras las estás viendo te emocionan mucho hasta que luego las terminas y dices 'ay, pero entonces a ver cómo es que la chava no se murió si le habían disparado'. O sea que aunque es una novela bien primeriza, mientras estás ahí te tiene pegado. Al menos a mí, no podía dejar de escucharla, amenizó mucho ciertas mañanas en sudáfrica en las que lo único que tenía que hacer era tomar café y esperar que fueran las 12 para caminar a la embajada. </div>
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Además tiene cosas padres que, según iba a descubrir más tarde, están muy presentes en las reflexiones de la literatura africana (por ejemplo la diáspora - ya esto lo incluye también Chimamanda en Americanah - y las identidades culturales que se van transformando y reafirmando en países como Inglaterra o Estados Unidos).</div>
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6. Boy, snow, bird, de Helen Oyeyemi. Le di otra oportunidad para ver si en las otras novelas ya quedaban menos cosas sueltas. Pero pues, no sé, con esta novela me pasa algo rarísimo: no le entendí nada. La historia es simple, es sobre tres chicas (boy - snow -bird) relacionadas de alguna manera (Boy es mamá de Bird y madrastra de Snow); también toca el tema de la raza y, eso sí debo reconocerlo, lo hace de una manera muy creativa. </div>
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De ahí en fuera, he leído que hay gente que considera a Helen Oyeyemi como una gran escritora, pero pues... no sé, por eso creo que hay algo que no estoy entendiendo en su propuesta. Terminé Boy, Snow, Bird y me quedé con la sensación de que necesitaba releerlo porque 'no puede ser que todomundo hable tan bien de esta novela que me pareció tan equis'. Y además sigue dejando un montón de cosas sueltas, y un montón de puntas que parece que nunca tienen nada que ver con nada. </div>
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7. Coconut, de Kopano Matlwa. Esta novela me interesaba porque fue escrita por una chica muy joven que es Sudafricana (no nigeriana, que parece que son las más conocidas en el mercado de la literatura de african fiction; o sea, baste decir que las novelas de Chimamanda y Oyeyemi las compré en México, mientras que ésta la compré en Sudáfrica). </div>
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Está centrada en la raza, pero más que en las relaciones interraciales (como las otras), en el conflicto identitario de las personas de color en un país tan lastimado como Sudáfrica. Ahí fue donde prendí el primer foco rojo: esta joven escritora, que acaba de ganar un premio nacional, está escribiendo sobre raza 20 años después del apartheid. Y así poco a poco he ido dándome cuenta de lo increiblemente presente que sigue el apartheid en la sociedad sudafricana. Me deja tan en shock porque fue algo tan fuerte y está tan vivo que... no sé, todavía no sé muy bien cómo relacionarme con eso como extranjera. </div>
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Pero bueno, volviendo a Coconut, son en realidad dos novelas cortitas (¿o cuentos largos?) sobre dos realidades negras muy diferentes: el primer cuento es sobre una familia negra muy rica, en la que los chicos no saben muy bien cómo encajar: van a colegios ricos, pero en su casa no hablan inglés; tienen amigos blancos, pero se avergüenzan de los rituales que su abuela quiere hacer cuando algo malo sucede en la familia. El segundo cuento (que fue mi favorito) va sobre lo contrario: una mesera negra, muy pobre, que se desvive por pertenecer al gremio de los blancos; el tema es un poco trillado, pero el cuento es muy lindo porque está escrito de una manera super simple y conmovedora. </div>
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8. The bang, bang club, de Greg Marinovich y Joao Silva. Este libro de no ficción recoge las memorias de un grupo de fotógrafos sudafricanos que cubrieron varias guerras, principalmente la guerra interna en SA previa a la caída del apartheid (o sea los 20 años del 74 al 94). Está relativamente bien escrito, y es interesante la vida de los cuatro fotógrafos y la manera tan honesta en que los autores cuentan las cosas no sólo vistas sino vividas (mucha droga para resistir, dos premios pulitzer y el glamour que eso trajo, las presiones absurdas del público sobre '¿y ustedes sólo están ahí tomando fotos en vez de ayudar a los niños que fotografían y que claramente están muriendo de hambre?'). A mí lo que más me gustó es que me ayudó a seguir entendiendo cosas. Porque claro, una cosa es que sepas que los últimos años antes de la caída del apartheid fueron horribles, y otra cosa es que leas una descripción detallada de cómo cierto grupo Zulu quemó vivo a un iXhosa, y cómo el gobierno blanco era el principal alentador de la violencia entre tribus negras para mantener viva la idea de que 'estos seres bárbaros no se pueden gobernar a sí mismos'. </div>
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Después de leer estos horrores, entendí muchas cosas que iba viendo en los grupos sudafricanos de fb en los que estoy inscrita. Pensar que algunas de las personas que comentan ahí tienen aún recuerdos de primera fuente sobre estas cosas tan terribles. Pensar que muchos de ellos tienen muertos/as de estos años. Cuando estaba allá fuimos a ver una obra de teatro en Cape Town que iba sobre el tema de las desapariciones políticas durante el apartheid (Born in the R.S.A). Cuando salimos una señora tuvo un ataque nervioso y se puso a llorar muchísimo, mientras un señor la abrazaba y le daba la mano. </div>
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Ese pasado sigue muy presente, muy. Y quizás está mal que esa sea una de las razones por las que me emociona volver a ir, pero es así: es una de las razones por las que me emociona volver a ir. </div>
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9. Tres ataúdes blancos, de Antonio Ungar. Luego ya me cansé un poco de leer en inglés, y quise leer algo latinoamericanísimo. Así que me eché este libro que compré en Colombia, que es como un thriller político de cualquier país latinoamericano: la demagogia, la corrupción, el protagonista al que poco a poco le van matando toda esperanza. Y en medio: una historia de amor, pero ésta sí debo reconocer que le quedó muy chingona al autor (fíjense, es que escribir historias de amor que no caigan en clichés está cabrón). Creo que es de lo mejor que leí este año, la narración es impecable, el ritmo no afloja nunca (así que es de esos libros que no sueltas ni un minuto), la historia es muy original (aunque nos suene tan conocida). Lo recomiendo mucho. </div>
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10. Sin remedio, de Antonio Caballero. Otro colombiano importado de mi viaje. Es un libro muy largo así que el hecho de que lo haya terminado puede ser suficiente recomendación. Además de eso, diré que el narrador/protagonista sería algo así como la versión latinoamericana de un personaje de John Kennedy Toole. Un tipo muy inteligente, culto, nihilista, cuya mayor aspiración en la vida es dormir y 'no actuar', que sin embargo se ve involucrado en aventuras muy diversas gracias a que 'los otros' siempre están jodiéndolo para que actúe y, en última instancia, obligándolo a estar vulgarmente vivo. Es un libro divertido en algunas partes, un poco tedioso en otras, y lo que de plano no me gustó es que en cada nueva aventura de nuestro amiguito protagonista tenía que involucrarse una morra a la que se quería coger. O sea, a ver, yo no quisiera convertirme nunca en la feminista puritana que no lee libros sexistas (o sea,me quedaría leyendo qué?). Pero de todas formas no puedo evitar sentir disgusto cuando un tipo tan brillante como el señor Caballero decide poner a sus personajes femeninos siempre encuadrados en un cliché (la modelo conflictuada y guapísima, la niña rica marxista y buenísima, la come hombres desesperada por casarse, la mujer castrante del mejor amigo, la empleada doméstica indígena y dócil para el sexo) y sólo a partir de la voz masculina criticar estos clichés, y burlarlos, y seducirlos, y añadirlos al anecdotario. </div>
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Ojalá los señores escritores brillantísimos les concedieran a sus personajes femeninos un poquito más de complejidad, de inteligencia (y en la vida real lo mismo eh!).</div>
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Y bueno, eso fue todo lo que leí el año pasado. </div>
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BTW: Muchas gracias a las tres personas que comentaron en la entrada pasada, me hizo sentirme medio resucitada en esta época de likes y comments, y de blogs tan en los que no pasa ni una mosca.</div>
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N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-75465074275286186742016-01-07T23:05:00.000-08:002018-09-27T03:50:50.579-07:002015<div style="text-align: justify;">
Vuelvo a escribir. Dicen que la vida no es otra cosa que la pura narraciòn, y a mí la neta los formatos narrativos contemporáneos (twitter, instagram, etc.) no me favorecen mucho. </div>
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El punto es: me siento tonta si no escribo. Aunque lo que escriba sean mayormente tonterías, tengo más o menos 15 años usando la escritura autobiográfica como la forma más probada de encontrarle sentido a lo que pasa. Así que eso, el 2016 voy a escribir un montón (avisados están) aunque todavía no sé muy bien si en este blog o en otro espacio, ya se verá.</div>
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Por fin se termina hoy el 2015, uno de los años más difíciles que recuerdo haber vivido. Lo interesante o novedoso fue que esas dificultades fueron (hell yeah!) mayormente externas. O sea palpables, que pasaban ahí, en el mundo tan desordenado y tan incomprensible que sucede fuera de mí. Me voy a poner una estrellita gigante en la frente porque este año las dificultades no vinieron de mis abismos, sino de los baches del jodido <i>mundo real real. </i>Es decir: me pasaron un montón de cosas. Esa expresión me gusta mucho porque es tan literal: un chorro de cosas pasando por ti, por lo que tú eres, por tu cuerpo y tus emociones. Gente pasando por ti. Ideas pasando por ti. Accidentes, eventualidades, horas, domingos: todo eso pasando a través tuyo. Lo que siempre digo: somos puro cauce amigues, you better understand that. </div>
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Quizás lo más jodido de todo fue mi enfermo ambiente laboral. Tantos años huyéndole a las oficinas para después terminar aceptando chamba en la oficina más oficina de todas. Una apestosa jerarquía y una cultura organizacional que olía a viejo, a podrido, al México del PRI de los setentas. Una jefa que se portaba como la reina de corazones, arbitraria, irracional, como una niña de 14 años peleándose con la subalterna que osó no rendirle pleitesía. Pequeño detalle morra: no éramos las protagonistas de Mean Girls compitiendo por ser populares, éramos jefa -. trabajadora y tú no dudaste en usar esa posición para chingarme. Otra novedad del 2015: yo, tan <i>siempre - en - mi - pedo</i>, tan <i>no me gusta enojarme con la gente</i>, tan <i>todos mis exnovios me recuerdan con cariño y se han tomado cafés conmigo en su calidad de exes</i>, tan <i>mis amigas de la primaria siguen siendo mis amigas</i>, etc., etc., supe, por primer vez en toda mi existencia, lo que se siente tener enemigas: se siente horrible y no se lo deseo a nadie. </div>
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Evidentemente, puedo vivir con la idea de no ser una mujer simpática que conquista corazones, eso me parece bien. Pero de ahí a que haya gente destinando tiempo, energía, esfuerzos, etc., para hacerte daño, para verte pasarla mal y encontrar alguna especie de placer en eso es como... oigan, humanas, ¿por qué hacen esas cosas? Supongo que es el poder amigues, el poder que vuelve locas a la mayoría de las personas, o por lo menos a todas las que no hacen un esfuerzo consciente por relacionarse con éste de maneras distintas (construirlo, pensarlo y ejercerlo en formas no opresivas, ¿será eso posible?).<br />
<br />
Y luego acá pues eran podercitos pedorros, ni siquiera los intereses de la nación en juego. El podercito pedorro de 'soy la amiga de la DIRECTORA (que en esta institución decimonónica las directoras son como emperatrices que no tienen que rendir cuentas a nada ni nadie), N. no le cae bien a la DIRECTORA, ergo: mi deber es chingar a N. y llevarle eso a la DIRECTORA para que vea que estamos de su lado. De su lado, señora DIRECTORA. amabilísima DOCTORA, dueña de la comprensión absoluta de las teorías de género: usted tiene razón: N. es una pinche soberbia, N. cree que sabe más que nosotras, N. dice que es 'académica' y a nosotras nos cagan todas las académicas que no sean usted, señora Directora, única académica legítima. Así que ¿por qué no la chingamos a N? ¿qué le parece si la castigamos y en la conferencia de Judith Butler no la invitamos a la comida? más aún, ¿qué le parece si no sólo no la invitamos a pesar de que es la segunda al mando, sino que además la ponemos de edecán para que aprenda algo de humildad? (jajajaja, si me invitan unas chelas les cuento la historia ridícula de que neta sí me pusieron de edecán como castigo. Oh dios, ya quiero que llegue el momento en el que pueda carcajearme de todo esto), ¿qué le parece si despedimos a su asistente para que ella tenga que hacer toda la chamba administrativa de su área? MUAJAJAJA ¡seguro que no va a poder con tanta presión! ¿qué opina si bla, bla bla?. Y ella, excelentísima doctora que no superó sus complejos de la adolescencia, a todo daba su visto bueno y protección. Entonces ellas, como veían que resistía, fueron a llamar a otro elefante, o sea: empezaron a usar métodos cada vez más sucios y más violentos: mentiras (mentiras no del tipo malentendidos, sino del tipo <i>N. me gritó pendeja en el foro sobre violencia de género</i>, jajajajaja, o sea mentiras tontas e increíbles porque no mamen, ¿por qué razón yo le gritaría pendeja a nadie (aunque lo piense) en público? O como infiltrar a una morra en mi fb y pedirme cuentas de mis publicaciones. O como inventar mentiras del tipo que ya expliqué e ir a contárselas a gente muy importante para mí (mi mentora, mi ex jefa, mi directora de tesis - o sea son tres personas diferentes -.... que afortunadamente fueron, ellas sí, generosísimas, y no sólo no entraron al juego, sino que me llamaron o buscaron para expresarme su apoyo y sus consejos de 'vete de ahí antes de que te hagan otra cosa peor').</div>
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Nunca entendí por qué tanto encono. Lo más fácil fue ponerme en el papel de la víctima absoluta (¿por qué a míííííí? snif snif), pero eso se me hizo aburrido al primer mes (aunque es cómodo, eso sí), hasta que en terapia V. me dijo "a ver N., no eres una niña de 9 años a la que le están haciendo bullying, eres una adulta viviendo acoso laboral". Y para mí casi siempre las palabras clave son "eres una adulta" (bingo!). Porque lo que sigue de eso es: hazte cargo: ¿qué puedes hacer (que es lo mismo que decir: ¿de qué de todo esto eres responsable?), qué quieres hacer, cómo, cuál es el plan etc., etc.? (fíjense, la vida tan chistosa: todos esos años de controlar la depresión me han dejado herramientas muy útiles para vivir.). </div>
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Era obvio que quería irme de ahí, pero no bajo sus términos, no dándoles el gusto de 'me tronaron y me voy porque no soporto más'. Quería irme renunciando cuando yo quisiera, como a mí me conviniera, negociando los términos de la partida. Así que me fui en diciembre, con mi aguinaldo completo, en medio de la narrativa 'me voy porque estoy enamoradísima y me espera una vida nueva en Sudáfrica, he aprendido tanto en este lugar, les debo tanto a todas, me da tanta pena irme pero la vida es movimiento'. Me llevaron flores. Todo mundo se creyó la historia, todo mundo me deseó suerte, hice el numerito de preparar un informe final con cifras e indicadores positivos de mi gestión (cosa no muy difícil si trabajas con gente que no tiene idea de lo que es un indicador), y de ir a la posada y brindar con todomundo (menos con ellas, ni con la señora Directora, que estaba algo emputada porque, obvio, entendía todo el numerito, así que los últimos días se dedicó a ignorarme nivel: te volteo la cara en el pasillo y ordeno que borren tu cuenta de correo antes de lo acordado para que no tengas tiempo de sacar ni una evidencia de nada de nada de nada). </div>
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La cosa es que el humanismo sería imposible si en estos escenarios (o sea en todos los escenarios de violencia) no se mostrara también lo bonito que son algunas humanas. Y si yo resistí fue porque tuve cosas que jamás en la vida voy a poder pagar: solidaridad, alianzas, complicidades, gente generosa que prestaba el oído para la escucha en circunstancias variables. Hubo cosas muy chingonas para una morra fascinada por las historias y los matices. Por ejemplo: que unos días antes de irme apareció una cajita de regalo en mi escritorio que decía 'Gracias' y que me dejó la secretaria de la H,Directora. La fui a buscar para preguntarle que por qué, y me sorprendió que me dijo que 'gracias porque eres la única persona que en este lugar me ha tratado como a una persona'. Luego me pidió perdón por haberse prestado a cosas, pero que yo entendería que en su posición era difícil haber hecho otra cosa. Me quedé muy pasmada, porque el hecho de que me dijera eso fue una cosa muy bonita, muy sanadora, hasta valiente. Por ejemplo: que mi equipo me dijo cosas lindísimas antes de irme, me dieron regalitos, lloraron con el último abrazo (creo que estos dos años fueron traumáticos para todas: imagínense el estrés de ver que a tu jefa la están chingando todo el tiempo y que el equipo está parado por eso). Está feo, pero todas vamos a estar mejor ahora. </div>
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Y si hablo de lealtades inmerecidas y sanadoras: mis alumnas. Mis clases se convirtieron en el espacio en el que iba elaborando las cosas que traía en la cabeza (mucha ayuda dar una clase sobre género y poder, justamente), en las que neta llegaba a pensar con ellas, a preguntarles cosas para entender yo también. No es casualidad, para nada, que este año haya construido las relaciones más bonitas alumnas - maestra que he tenido desde que empecé a dar clases (hace como 5 años). </div>
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Descubrí que tengo muy buen humor. Digo, ya lo sospechaba, pero esta vez estuvo muy intensa la constatación de que, con todo y todo, yo no dejaba de burlarme de toda la situación (que la neta sí era bien risible), de levantarme a ver qué pasaba y darle chanza a la imaginación de que todo el escenario se transformara en un juego de mesa.</div>
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Lo malo es que ahora que todo acabó y que estoy en casa de mis papás sin idea de lo que voy a hacer durante el 2016, ps los moretones empiezan a aparecerse. Me veo el cuerpo y digo que mierda, que ooooootra vez me va a tocar iniciar un año hablando de reconstrucciones. Tengo muchas cosas qué sanar, porque aunque aquí lo cuente como una historia con final feliz, la verdad es que no fue una historia feliz. Ni siquiera tengo ganas de buscar otro trabajo porque pienso que si no me va bien va a ser darle la razón a estas moras. Ni siquiera tengo ganas de escribir. Estoy en lo que E. diría 'modo zombie': no siento nada, el cuerpo y las emociones están dormidas, no les sale llorar, no les sale emocionarse, no les sale pensar más allá del día de mañana (que mi mamá me pidió que fuera al banco, que en la tarde voy a jugar con mi sobrino, que quiero escribirle un mail a fulanita).<br />
<br />
Sólo quisiera decirle a todomundo que esté pasando por una situación de acoso laboral que sí,que es horrible. Y dos cosas: la primera, que hay que buscar ayuda profesional porque está súper cabrón aguantar si no tienes un espacio mínimo para sanar.Y la segunda, que se acuerden de que son adultas, porque creo que lo jodido del mobbing es justamente que trata de infantilizar a la agredida.Y no, no eres una niña a la que le quitan el sandwich en el recreo, eres una adulta capaz de pensar en estrategias, de evaluar tus recursos, de tomar decisiones, de ir con todo el peso de la adultez a la oficina cada día, con todos los rasguños y los madrazos acumulados hasta ahora, pero también con todos los besos y las decisiones. No somos eso, no somos indefensas, y no somos víctimas, y no somos mártires. Somos adultas atravesando por una situación muy jodida porque hay gente que no se hace responsable de sus carencias, y entonces va y se las avienta a la primera persona que les provoque ese impulso.<br />
<br />
Otra cosa que quería decir para terminar este post tan chafa, es que los últimos meses pasé mucho tiempo pensando en Martha Nussbaum. Hay una frase hermosa que aquí copio y pego, y que el último día de oficina me hizo pensar de regreso a casa que si me dieran a elegir entre una experiencia laboral chingona en la que hubiera triunfado, o ésta en la que fui frágil y vulnerable, y lloré muchas veces con mucha gente, y pedí y recibí ayuda, y a veces Y. tuvo que ir a sacarme de la cama el fin de semana para llevarme a comer pues.... no soy masoquista, pero escogería esto otra vez. Todavía no lo puedo explicar muy bien, pero esa fragilidad de la que fui dolorosamente consciente me hizo entender cosas, pensar cosas, abrir heridas que yo creo que van a sanar bien. Qué raro es todo casi siempre, qué misterio es estar viva.<br />
<br />
***<br />
<br />
<span style="background-color: white; color: #181818; font-family: "merriweather" , "georgia" , serif; font-size: 14px; line-height: 21px; text-align: left;">“To be a good human being is to have a kind of openness to the world, an ability to trust uncertain things beyond your own control, that can lead you to be shattered in very extreme circumstances for which you were not to blame. That says something very important about the condition of the ethical life: that it is based on a trust in the uncertain and on a willingness to be exposed; it’s based on being more like a plant than like a jewel, something rather fragile, but whose very particular beauty is inseparable from that fragility.” </span><br />
<span style="background-color: white; color: #181818; font-family: "merriweather" , "georgia" , serif; font-size: 14px; line-height: 21px; text-align: left;"><br /></span>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-84907969771074114122015-06-14T22:15:00.003-07:002016-11-01T02:46:35.029-07:00Uno más<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Las cosas disfrutables que
últimamente hago los domingos: levantarme tarde, ir a almorzar con una amiga
(M.), después ver con Y. cuatro capítulos al hilo de una serie con la que
estamos clavadísimas. Historias bonitas
y milagrosas cómo es que M. y Y. terminaron siendo las mujeres que hoy me
dedicaron una parte de su día: M., que fue esa desconocida que pasó por mi
oficina a hablar sobre un caso de violencia sexual en C.U. hace unos meses, y
Y., que hace muchos, muchos años, fue mi alumna en Saltillo. A veces las cosas crecen de una manera tan
impredecible y tan bonita, que no queda sino seguir asombrándonos ante el
milagro de los cafés, las mañanas y las tardes compartidas <i>precisamente </i>con ellas. La
relación inicial era de funcionaria - colaboradora, maestra - alumna, y luego
ellas dijeron y yo dije y respondimos y esto: el milagro de construir algo con
alguien. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Después del almuerzo con M.
pasé a la librería que estaba a dos pasos del lugar en el que comimos sendos
chilaquiles con aguacate y crema. Vi un libro muy bonito de Danielewski que en
la portada decía "del autor de House of leaves". Recordé a J. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">J. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Una reflexión más extensa
podría ser hecha sobre mi experiencia en estos meses con Tinder y las miles de
cosas que he pensado algunos sábados y/o domingos sentada frente a extraños que
no tengo ninguna intención de volver a ver. Con J., sin embargo, algo pasó
diferente y me dieron ganas de que no fuera una sola vez, una sola charla, una
sola ventana. Quizás porque la primera vez que nos vimos estuvimos cuatro horas
seguidas sentados en un café riéndonos de Rayuela mucho rato. Pero riéndonos
bien de Rayuela, o sea, como dos personas que lo leyeron - releyeron -
disfrutaron - sufrieron y ligaron una parte de sus recuerdos juveniles a esa
experiencia. O sea, no con el esnobismo hispteriano que dice 'qué hueva
Rayuela' como un lugar común más de los ya muchos que nos rodean. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Total, que en una de las
pláticas siguientes, J. mencionó House of Leaves con mucho amor. Me contó una
anécdota al respecto y a mí, cursi as always, me conmovió mucho que alguien me
enseñara de manera tan abierta su cariño por un libro. La anécdota además era
que compró el libro dos veces y dos veces lo perdió, la segunda habiéndoselo
prestado a un amigo (muy querido, supongo) que en un divorcio - naufragio
perdió la mitad de sus libros, el de J. incluido. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Así que hoy en la librería
cuando vi "The familiar, vol.1", el libro nuevecito de Danielewski
(igual de bonito, bonito, codiciable que los anteriores) me dieron muchas ganas
de comprarlo para J. Lo dudé un buen rato porque: 1) no estaba barato, 2) J. y
yo no somos tan amigos y pues, no sé, no quisiera complicarlo demasiado
quebrándose la cabeza pensando por qué una morra a la que ha visto dos veces le
regala algo tan chido, y 3) porque J. últimamente ha estado medio raro conmigo,
medio ansioso por dejarme claro que 'he's not that into me' .<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El último argumento era el
más pesado, así que dejé el libro y caminé hacia el otro pasillo. Pero después
pensé que estaba siendo muy ridícula pensando casi peligrosamente en términos
de merecimiento. Y yo odio, odio, odio, relacionarme con la gente bajo esas
condiciones. Es decir: hay gente que no merece que le conteste los mails, y hay
otra que merece mucho más de lo que he sido capaz de dar, y hay gente que
merecería no estar ni siquiera en mi fb y que sigue ahí. No es porque no me dé
cuenta de que han sido mala onda conmigo, de que me han hecho equis o ye cosa.
Es sólo porque desde hace tiempo decidí que esa no era la forma en que yo
quería llevar mi vida, pensando siempre si fulanito o sotanito se merece o no
mi amistad/compañía/amor. Nope. Yo quiero hacer lo que yo quiera, también en
esto. Lo que me salga de adentro, merecido o no. Éste es otro aprendizaje que
me ha costado un chingo, pero con el que ahí voy.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Así que sonreí, me regresé y
compré el libro. Pensé que sería una especie de experimento: te estoy regalando
algo que seguro te va a gustar mucho por la única razón de que me dieron ganas
de regalártelo. Es una acción autocontenida: ni forma parte de un plan, ni es
con la intención de que me regreses nada, y ni siquiera con el propósito oculto
de que me llames el fin de semana. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Además, J. y yo habíamos
quedado de vernos hoy más tarde, así que ya está, según yo no había tiempo de
pensarlo mucho. Cuando salí de la librería me sentí como niña chiquita
anticipándose en la emoción de dar el regalo. O sea: tuve que contenerme para
no mandarle un mensaje por whatsapp diciendo 'hey, te tengo un regalo que
empieza con libro y termina con Danielewski' jaja. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El punto bonito/instructor
de la tarde fue que justo estaba en eso cuando J. me canceló, again, el café de
hoy. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Caminé al departamento cargando
el libro y la desilusión (#dramaqueen). Me imagino que es poco probable que
vuelva a ver a J. alguna vez y ahora pues, ya está. Si tan sólo me hubiera
cancelado 20 minutos antes quizás ni siquiera hubiera tenido que entrar en mis
dilemas de lo compro - no lo compro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Fue una tristeza bonita
anyway, comprar un regalo con mucho cariño y luego darme cuenta de que ni
siquiera estaba el destinatario. Es una imagen triste amigues, tener ganas de dar
algo y quedárselo guardado (<i>esta ternura
y estas manos libres, ¿a quién darlas bajo el viento?</i>). Pero luego pensé
que el experimento seguía en pie, y que hay qué ver que pasa ahora con ese
libro. De entrada, obviamente yo lo voy a leer. De seguida: en diciembre lo voy
a tener que regalar anyway porque tendré que deshacerme de al menos la mitad
de mi biblioteca. ¿Quién será el o la afortunada que no estaba en los planes pero
que va a terminar con <i>The Familiar</i> en
su librero? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Parece que no tiene nada que
ver con M. y Y. pero sí porque qué chingón que, de alguna forma, los regalos terminan
sólo llegando. <o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">***</span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="line-height: 18.3999996185303px;">http://www.npr.org/2015/05/10/404917355/danielewski-returns-with-a-long-sideways-look-at-the-familiar?utm_medium=RSS&utm_campaign=books</span></span></div>
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El punto es que el domingo empezó
desde el viernes. El sábado me la pasé todo el día encerrada en el departamento
viendo películas y leyendo (o sea: acabándome los recursos del domingo), así
que el domingo despierto ya con mis 'fuerzas disminuidas', por decirlo de
alguna forma. O sea: me despierto triste. Muy. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Tengo muchísima hambre porque no
he comido nada desde ayer en la tarde, salivo sólo de pensar en un desayuno con
proteínas (o sea: no con otro de mis yogurths griegos). Me cambio, tomo un taxi,
me voy a un café hipster de Alvaro Obregón que me gusta mucho. Pido un desayuno
muy sustancioso y veo el reloj: son las 11:00 am. Me propongo quedarme a leer
hasta las 3 de la tarde. Estoy leyendo una novela de Chimamanda Ngozi Adichie
que se llama 'Americanah'. Se trata de una morrita nigeriana (Ifemelu) que se
va a vivir a Estados Unidos sola (es decir, sin sus papás, hermanos, novio)
para estudiar la universidad. Los primeros capítulos fueron medio aburridos
porque iban sobre la historia de amor de ella y el novio de la preparatoria (en
Nigeria) y pues, no sé, como que ahí se repitió el lugar común de que eran el
uno para el otro pero resulta que muchos años después ella está soltera
(considerando volver a Nigeria), mientras que él está casado con una morra que
no tiene nada que ver con Ifemelu: es linda, preocupada por el status social,
extraordinariamente amable (mientras que Ifemelu fue siempre la salvaje
contestona rebelde inteligente). A mí me suena tan, pero tan, pero tan conocido
(¿ya conté que mi novio de la universidad, con quien los fines de semana nos
tirábamos en un parque a leer y leer y
leer, ahora anda con una instructora de gimnasio que está buenísima y sube
fotos sexys every single day, acompañadas con frases de superación personal con
faltas de ortografía?). So: lugar común, pensé. Qué hueva. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero luego ya se pone mejor la
novela. Los capítulos en los que cuenta los shocks culturales son jodidamente
divertidos. Los disfruté mucho. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Total, a las 3 ya me siento
cansada de leer y ya cumplí mi meta, así que pido la cuenta y me voy. Pero (la
- puta - madre) otra vez lo de siempre: ¿y ahora a dónde voy? Pues al depa,
supongo. En el depa me pongo a ver una película muy bonita que se llama Meteora;
trata sobre una monja y un monje
(guapísimo) que viven en un convento en Grecia y que se enamoran y se aman. Es
muy bonita, muy, muy bonita visualmente. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La película se termina y son las
5, apenas. Le escribo a A., quien me dice que ya se está quedando dormido. Me
pregunta que qué voy a hacer el resto de la tarde y me pongo a llorar. 'No sé -
le digo - este día está siendo terriblemente largo'. Pero luego le digo que no
se preocupe, que descanse, que estoy bien. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
A veces me siento tan tonta y tan
ridícula. Podría hacer tantas cosas: tengo un chingo de libros sin leer, vivo
en una ciudad gigantesca y podría ir otra vez a la cineteca, o al cine, o a
comerme un postre rico a la Tratoria, o podría ir a caminar por ahí, o ver las
series que me faltan o... no sé, hay muchas cosas posibles. Y sin embargo el
pequeño 'pero' es que hacer cualquiera de esas cosas en este momento me implica
muchísima energía. Todo el problema es la energía. Por ejemplo: tengo que
<i>convencerme</i> de salir de casa, tengo que <i>convencerme</i> de quitarme la pijama,
tengo que <i>convencerme </i>de hablarle o escribirle a fulanito a ver si quiere ir
por un café. Es decir: podría perfectamente pasarme todo el día acostada sin
hacer nada y soltando lagrimitas de cuando en cuando. Pero esa sola imagen me
da tanta pereza que digo 'no, no tengo que hacer eso'. Así que en cambio pienso
en otras cosas que podría hacer: 'tengo que irme a un café a leer otras tres
horas', el punto es que seguir esos planes me significan muchísimo esfuerzo. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
¿Suena tonto? ¿suena loco? ¿suena
infantil? Quizás es todo en uno. ¿Pero y qué voy a hacer? ¿negar que esto está
siendo difícil de manejar? ¿decir que no me muero de miedo ante la posibilidad
de otra depresión - que es lo que MENOS necesito ahorita? </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Es sin duda una buena estrategia
eso de <i>obligarme </i>a hacer cosas. Pero
hoy, la verdad, no las pude. Me la pasé toda la tarde llorando. Hice un intento
por ver a M. y le mandé un mensaje diciéndole que si íbamos por un café pero
ps, lo de siempre. Es decir, pasa que no me gusta decirle a la gente 'OYE,
ESTOY SUPER TRISTE Y ME HARÍA MUCHO BIEN VERTE HOY', entonces más bien trato de
dejarlo en 'nivel casual' y digo cosas como 'opción c) vamos por un café' y
entonces pues, suena a mensaje de chica relajada que entenderá que no le
respondan porque cualquier cosa pasó y no le pudieron responder. Pero como en
realidad no hay chica relajada pues... </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Me puse a llorar otra vez, y otra
vez, y otra vez. Me dije que sentía muchísimo tener que estar viviendo estas
cosas de esta manera. Que si tuviera una varita mágica en este momento pondría
a dos amigos cercanos que no se cansaran de llamarme los domingos, y pondría muchas reservas de energía para hacer todas las cosas que podría hacer, y pondría un entorno más amable a mi alrededor (y me quitaría cinco kilos de encima ya que estamos....). Me acordé de
Jaime, porque hace cinco años que estaba en una crisis parecida él tuvo la idea
de ir por mí un domingo, sacarme de la cama, llevarme a Chapultepec a que me diera el sol, invitarme un agua de
fresa y traerme de regreso a casa. Quién sabe si Jaime lo recuerde y quién sabe
si siga pasando por aquí pero gracias, gracias, gracias. A veces no deja de
asombrarme la generosidad de las personas. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
O sea que este domingo lo hice
tan, pero tan, pero tan mal, que a las 7:30 me tomé un clonazepam. Lo siento
muchísimo, ésta sigo siendo yo.<br />
<br />
<br />
UPDATE:<br />
<br />
Amigues, amigues, que no cunda el pánico. Hoy cuando pude abrir los ojos (a eso de las 8:00 am) vi que tenía varios mensajes en el celular de algunos de ustedes preocupados por mí. Estoy bien, en serio. Es el primer fin de semana que paso tan mal en lo que va del año y eso para mí está bien porque pues, no sé: cinco meses y un fin de semana malo no suena mal, no? Suena a que lo estoy haciendo bien. He sido depresiva por varios años y he aprendido que, igual que con el resto de los padecimientos, la cosa es tenerse paciencia, mucha, mucha paciencia. Tranquilo todomundo. Aunque si quieren invitarme un café será bienvenido =)<br />
<br />
<br /></div>
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Me levanto tardísimo, creo que
ayer me quedé leyendo hasta la madrugada. Además, he descubierto que levantarse
tarde los domingos es un win - win: descansas todo lo que necesitas y el día
dura considerablemente menos. En este caso son las 12:00 pm y yo estoy apenas
saliendo del sueño y de la cama: acorté considerablemente las horas por venir.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero igual hay que levantarse,
así que lo hago. Desayuno en cama un yogurth, que últimamente es mi dieta
favorita de fines de semana; otro descubrimiento: puedo vivir a base de yogurth
griego sin cansarme y sin quejarme. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hablo un rato con mis seres
queridos: hermana, mamá, A. Por primera vez en todo este tiempo empiezo a
imaginarme cómo será estar en Sudáfrica: qué cosas quiero hacer allá, qué
lugares quiero visitar, qué museos no me puedo perder. Es curioso, alguien como
yo que ha salido tan pocas veces del país debería estar emocionadísima ante la
idea del viaje que se aproxima: un mes completo en un continente totalmente
diferente y, quizás más que diferente, totalmente ajeno para mí. No sé, quizás
si fuera a París o Barcelona tendría un poco más de idea de qué esperar. Pero en
este caso voy a Sudáfrica, país del que tengo un conocimiento considerablemente
limitado: Mandela, el apartheid, el Mundial en el que cantaba Shakira. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y es también chistosa la vida,
que mi primer viaje largo fuera del país vaya a ser así, tan resultado del
azar. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Creo que todos estos meses he
tenido que concentrar todas mis energías en que no me lleve la chingada, así
tal cual. Quizás por eso todos los fines de semana me siento cansadísima y sin
ganas de salir de la cama o de la casa: me estoy gastando mis reservas de
bienestar en soportar el ambiente laboral. No suena justo y no suena saludable.
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero, como todavía no puedo
renunciar, supongo que lo más sensato será ir tratando de que ese mundo sea
menos abrasivo con mi vida. Así que por hoy trato de no pensar mucho en eso, de
quitarle fuerza a lo que pasa, de concentrarme en mi vida que sí, por difícil
que sea últimamente, excede lo que pasa en la oficina. Entonces me pongo a
sacar cuentas: faltan apenas cinco semanas para irme. Tengo un montón de
pendientes previos, empezando por ir a hacer el trámite de la visa, y luego ir
a ponerme las vacunas contra la fiebre amarilla. ¿Y después qué? </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Suspiro y me pongo a planear
cosas que voy a hacer allá. La única cosa que tengo clara hasta el momento es
que quiero ir a Ciudad del Cabo. Hurgando en internet descubro que hay un tren
que viaja desde Pretoria hasta Ciudad del Cabo: dos noches incluidas porque el
camino es larguísimo. Ni siquiera puedo imaginarme tanta felicidad, viajar dos
días completos en tren por Sudáfrica suena a algo jodidamente bueno. Le llamo a
A. para decirle que qué opina y él, como siempre, me dice que sí, que claro,
que yo puedo hacer lo que yo quiera cuando esté allá. Que él no podrá
acompañarme pero que si quiero me compra el boleto, si me animo a hacer el viaje
sola - dice. Quizás a estas alturas del año no me entusiasma demasiado hacer un
viaje sola otra vez, pero pff, es Sudáfrica y es un tren y suena como a la más
loca de mis fantasías turísticas. Así que sí, espero hacerlo. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Otra cosa que quiero hacer
estando allá es escuchar música. Tampoco sé muchas cosas de las tendencias
musicales sudafricanas, y me imagino que habrá algún tipo de música
postapartheid que me estoy perdiendo. Seguramente habrá un chingo de cosas que
me estoy perdiendo y he desperdiciado todos estos meses tratando de estar en un
nivel mínimo de 'bien' en vez de ponerme a estudiar cosas sobre Sudáfrica. Lo
siento, soy una ñoña provinciana, mis únicos recursos para acercarme a una
cultura tan diferente son las investigaciones por internet. Luego pienso que
voy a estar allá y mi ojo va a dejar escapar un chingo de cosas por no haber
ido con un mínimo de background que me alerte. Angustia y ya qué más, si tan
sólo faltan cinco semanas. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Total, que me pongo a escuchar
los discos de Vusi Mahlasela, quien fue (me entero) uno de los artistas más famosos
anti apartheid. Me gusta. Quizás un par de canciones me suenan algo cursis,
pero en general me gusta: es como caminar en la playa y dejar que un par de
olas apenas me toquen las plantas de los pies. Estoy metiéndome en este país de
a poquito. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Después de hacer esas breves
búsquedas por internet me siento muy contenta y, por primera vez en muchos
días, genuinamente entusiasmada por el futuro. Trato de que ese buen humor me
dure un poco y lo aprovecho yendo sola a la cineteca. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Elijo Güeros, película que
todomundo ha visto y discutido (menos yo). La función es a las 3:00, tengo que
correr para llegar a tiempo y rogar que no llueva en el trayecto. La película me gustó muchísimo, no entendí
nada de la polémica alrededor (o sea, sí, la caricaturización de la huelga y eso
pero en general qué onda vatos, parece que nunca han estado en una asamblea
puma - yo sí he estado y pues, este, así que tú digas no manches que
pensamiento político tan desarrollado pues, no). Quizás el único punto para mis
notas mentales es que en realidad no sé casi nada de la huelga del 99. En ese
entonces yo era una adolescente de 14 años cuya curiosidad por la realidad
nacional era nula. Si acaso escuchaba las pláticas de mis papás y/o profesores,
pero todas estaban basadas en lo que entonces era el lugar común de las
opiniones de clases no-intelectuales sobre la huelga: que si a poco no sabían
los muchachos de la UNAM que en provincia las cuotas de las universidades
públicas eran de 2mil pesos al año y 800 al semestre; que si por qué no mejor
se ponían a estudiar; que si por qué no valoraban las oportunidades que muchos
de nosotros no teníamos (chamaquitos de provincia que en el 99 jamás hubiéramos
podido estudiar historia, física, sociología o alguna de esas carreras que no
se ofertaban en nuestras ciudades). </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pensando en eso me doy cuenta de
que no he comido y me tomo un café con pan en uno de los restaurantes de la
cineteca. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Termino y son casi las 6, pienso
en regresar al depa pero algo adentro de mí se encoge de tristeza: ¿al depa? ¿y
qué vas a hacer con las horas que te quedan? Pero tampoco tengo muchas opciones
así que, ni modo, emprendo el camino de regreso a casa. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Llego a casa y se me ocurre que
no tengo cigarros y que debo ir a comprar unos. A mi celular se le está
acabando la batería, sólo voy a la esquina, lo dejo conectado. Agarro un
billete de 100 pesos, las llaves que estaban sobre el buró, y salgo rápido.
Cuando estoy en la esquina me doy cuenta de que agarré las llaves de la
oficina, no las del departamento. Pánico. Domingo, 8 de la noche, poco varo,
sin celular, sin llaves, sin certeza de que mi rumi vaya a regresar a dormir. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Me acuerdo de que M. vive en la
esquina de mi casa. M. es un chico muy, muy listo, a quien conocí gracias a
twitter. Salimos un par de veces pero luego pues, raro, la gente anda cargando
sus prejuicios para todos lados. M. creyó que yo estaba buscando pareja y me
dijo que lo sentía mucho, que yo le caía súper bien pero que seguía clavado con
su ex. Yo me ofendí y solté un rollo sobre Hannah Arendt, la impredecibilidad
de la acción, y lo estúpido que me parecía que me estuviera diciendo que no me
quería volver a ver porque seguía clavado con su ex: ¿en tu cabeza no existe el
horizonte de múltiples posibilidades? le dije, y luego creo que nos dejamos de
ver. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Sin embargo, M. es la única
persona a la redonda que sé dónde vive y cómo se llama. Así que voy a su
departamento, toco, lo saludo como si nada 'Hey M., ¿estás muy ocupado?' . El
M., sin embargo, es una persona lindilla que baja a abrirme y me propone que,
en lo que llega mi rumi, vayamos a caminar por ahí. So: caminamos mucho rato.
Vamos hasta universidad, compramos un café, regresamos al depa, no hay nadie,
vamos a comprar pan, regresamos al depa, sigue sin haber nadie, subimos a su
depa, me presenta a su gata, se pone a hacer té y nos ponemos a platicar. M. es un tipo cultísimo, con un departamento
lleno de libros, que trabaja como editor en conaculta y que, al parecer, puede
hablar sobre literatura horas y horas. Así que habla sobre literatura horas y
horas mientras yo tomo té, lo escucho, asiento de vez en cuando, me pregunto si
de verdad Q. no va a regresar a dormir y si M. me daría chanza de dormirme en
su sillón sin creer que le estoy echando los perros. Afortunadamente el mundo
nunca lo sabrá porque luego lo acompaño a comprar un garrafón y veo que Quique
está doblando la calle: grito, corro, lo alcanzo, le quito las llaves: estoy
salvada. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pienso que es una lástima que M.
y yo no seamos amigos. En estos 6 meses de soledad en el D.F. he comprobado lo
que el Kanano me dijo alguna vez: a tus amigos los vas a conocer antes de la
universidad, luego todo está manchado por las posibilidades de sexo - noviazgo
- matrimonio. Bueno, quizás no ha sido tan así, pero de alguna forma sí. En
todo caso, yo soy una mujer que casi nunca le tiene miedo a las posibilidades.
A mí me gusta mucho pensar en eso de que 'podemos ser amigos e incluso todo lo
que queramos' y ese 'todo lo que queramos' significa exactamente eso: podemos
ser amigos que se besan o no, podemos ser amigos que se ven una vez al año para
ir al cine, podemos ser amigos que no se ven nunca pero se escriben correos
largos, podemos ser amigos que se juntan una vez al mes a ver películas de Kim
Ki Duk, podemos bla, bla, bla, bla. Lo malo es que siempre me cuesta mucho
convencer a los vatos de eso. 'Hey, podemos ser amigos o incluso todo lo que queramos'
y ellos, por alguna razón, escuchan 'HEY, tengo 30 y estoy buscando un marido,
te estoy diciendo que podemos ser amigos para luego irme a vivir a tu
departamento' jajaja y pues la hueva mil. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El domingo estuvo bastante
llevadero, me duermo otra vez escuchando a Vusi Mahlasela; espero no llegar a
SA y que todomundo se ría de mis referencias culturales. Pero mientras pues,
está chido: </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Predeciblemente, siempre he encontrado difíciles los domingos. Ya sé que es predecible porque ya sé que es un cliché de famas-atormentadas y muchachas melancólicas. Y yo, bueno, ya sabemos: a veces soy un cliché encarnado en cada uno de mis 150 centímetros de estatura. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero el domingo es un día feo, lo creo de verdad. Ese día - frontera que no termina muy bien de ser una cosa ni la otra. Ni total descanso porque hay que prepararse para la semana, ni total semana porque es oficialmente el día de descanso. Es un día para recordar que no importa quécómocuándo, la vida tira siempre para adelante. No hay remedio: estamos atrapados entre días que empiezan y se acaban cada vez, cada 24 horas, sin posibilidad de pausas, ensayos o backstages. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando era niña los domingos me ponía a hacer la tarea, sacar el uniforme, bolear mis zapatos, "hacer la mochila" (que quería decir: organizar los cuadernos que me tocaba llevar cada día de la semana). Cuando era adolescente los domingos me entraba un anhelo casi irrefrenable por tener otra vida. Me imaginaba adolescencias menos sosas que la mía: un novio (rubio, lindo, detallista), el cine (al que iría con el novio rubio lindo detallista), amigas divertidas, etc., etc.... tenía una cabecita bastante promedio muy influida por las telenovelas y las películas gringas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En cambio, entonces los domingos eran familiares. Pero no, no con ese concepto de 'familiar' tan mexicano folclórico nostalgiable. Las nuestras no eran comidas típicas con pláticas interminables. En casa sólo éramos nosotros cinco, ninguna familia extensa para añadir a la fotografía. Y los domingos, por lo general, mi papá en la tarde nos invitaba a esa costumbre tan rara y tan de provincia (impensable en el D.F.) de "dar la vuelta", que era básicamente subirnos al carro y pasear. Mi papá al volante elegía la ruta siempre: una hora completa de manejar sin rumbo por la ciudad. A veces la vuelta terminaba antes, con la camioneta parada en la plaza de armas. Era chistoso porque no hablábamos mucho. Yo sólo recuerdo ir sentada en el asiento de atrás, viendo por la ventana, escuchando Estéreo Saltillo (canciones bobas, cursis, melosísimas que aderezaban mis sufrimientos pubertos) y deseando ser otra. Entonces 'desear ser otra' me atormentaba un poco: era un deseo que me producía mucha culpa. Luego de una maestría en sociología y chingos de años de terapia entendí que ese deseo es 1) natural, y 2) un móvil poderoso; pero ese entendimiento vino muchísimo después. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Luego siguieron muchos años con domingos manejables. Toda la universidad siendo novia de C., los domingos significando que nos veríamos. Domingos de tesis, domingos de tareas, bla, bla, bla. Domingos de lectura, porque lo cierto es que si soy una adicta a las novelas es porque había domingos en los que lo único que se me ocurría para matar la tarde era ponerme a leer como loca. Y estuvo bien porque era así: leía horas completas, me aburría, recordaba que no tenía nada más que hacer, tomaba agua y volvía a leer horas completas. Nada de glamour por aquí, nada de <i>niña proyecto</i> que llevaban a la librería a los cinco años, nada de papás intelectuales leyéndole a sus hijas. En cambio: me convertí en una lectora porque descubrí que era una buena estrategia para matar el tedio dominical. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y de repente: esto. Treinta años y otra vez los domingos convirtiéndose en pesadillas. Es un miedo raro y difuso y tonto, pero cuando me despedí de A. lloraba, lloraba, lloraba y pensaba '¿qué mierdas voy a hacer ahora los domingos?'. Fue un cambio brusco porque estos días dejaron de ser pompas de jabón que A. y yo reventábamos con facilidad y deleite para convertirse, otra vez, en ese pesado reto de 24 horas por delante todas para mi solita. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Muy bien: logré tener un trabajo que me hace funcional de lunes a viernes. Conseguí amigas/os con quienes ir a echar una chela los viernes y quizás un café el sábado. Pero he descubierto, claro, que los domingos son días muy íntimos: los días de la pareja, de la familia, de ver a la hija/o, de estar en casa de los tíos viendo futbol, de pasear al perro e ir a hacer la compra con el marido. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi situación se ha hecho especialmente concreta los domingos: sola, soltera, sin familia cerca, en una ciudad en la que es cabronamente complicado armarse círculos íntimos no mediados por el parentesco. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero ninguna de esas cosas es algo malo. De hecho, muchas de esas cosas yo las he elegido. Así que aquí vamos, intentando demostrarnos una - vez - más que la vida es una mierda pero bueno, ya está, algo hay que hacer con ella. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
So: voy a tratar de escribir en este blog mis crónicas dominicales. Algunas serán muy de hueva con cosas como "fui al súper, escuché un disco completo dando vueltas por los pasillos, sólo compré cinco yogurts y un kilo de manzanas". Pero no me importa porque pues, eso, tengo que sacarle fotos a estos <i>días - pulso</i>. Tengo que gustarme los domingos, y escribir siempre me ha parecido una estrategia relativamente útil para gustarme. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si antes se trataba de imaginarme otra, ojalá esta vez se trate de cosechar todo lo que esas imaginaciones han sembrado los últimos 15 años, aunque sea un poquito. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Conclusión nada original que
pensé mientras veía los glaciares en Calafate: viajar se trata, sobre todo, de
encontrar matices. Ninguna experiencia que me vaya a cambiar la vida, ninguna
reflexión que no se hubiera aparecido en otro momento/lugar, ningún sentido
pendiendo de la copa de un árbol en el Amazonas, ninguna respuesta escondida en
las arenas de qué playa. Simplemente viajar hasta acá, tan lejos, para darme
cuenta de que el hielo se ve azul, de que los tonos del azul cambian con la
luz, y de que son las sombras azuladas más hermosas que he visto en mi vida. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Vivir también se trata de
encontrar matices. La mía es una búsqueda que se conforma con minucias, aunque
siempre digo que más que minucias se trata de miniaturas (que por supuesto que
no, señores, no es lo mismo de ninguna forma). La belleza de las células y los
vasos sanguíneos. El pasmo de saber que todos esos colores viajan en nuestro
interior todos los días, sin descanso. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y hoy me siento otra vez delante
de esta cosa desconocida, y después de un rato pienso que son otra vez matices,
tonalidades de las que no me había percatado, colores parecidos pero no tan
brillantes. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Esta <i>cosa desconocida</i> es la experiencia hasta hace poco felizmente ajena
de extrañar a alguien tan concretamente. ¿Ya se fijaron que estoy haciendo una
suerte de oxímoron juntando las evocaciones con lo concreto? Lo que yo extraño
es su olor, su risa, sus dientes blancos, su abrazo en las mañanas, su sonrisa
cada que abría la puerta de su casa para dejarme entrar, sus camisas de
franela, su mano cariñosa tallándome la espalda en la ducha, sus respuestas
entredormidas a mis soliloquios nocturnos, su trajinar en la cocina mientras yo
me sentaba a esperar a punta de quejas que se cociera cualquier cosa que
estuviera en la estufa. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No es la violencia del madrazo
del desamor. No es la angustia de las futuros presentes sin su compañía. No es
la desesperación del conocimiento de que algo hubo (después de todo) que yo pude
haber hecho para evitar esto. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Es en cambio la resignación, la
certeza de que no importa cuánto llore, cuánto diga, cuánto piense: la única
cosa que puedo hacer es convertirme en cauce y esperar. Es, sin embargo, la
tristeza más profunda (aunque no la más grande ni la más abrumadora) que he
sentido en mucho tiempo y que ahora entiendo, dolorosamente entiendo: una cosa
que te acompaña todo el tiempo de manera silenciosa, que es tan mía, tan interna,
tan fabricada con mi exclusiva materia prima de recuerdosmiedosproyecciones,
que sólo la dejo aparecerse un ratito cada noche para verla y guardarla otra
vez. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hasta el día siguiente. Y luego
al otro y al otro y al otro. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Es el brillantísimo matiz de un
espejo que refleja algo perdido. </div>
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<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">1.Los conocí en el lejano
2005. Estaba en uno de esos momentos de ruptura – reconciliación que marcaron
mi tortuosa relación con C., el mítico novio de la universidad. Ese día tenía
laboratorio de econometría, usábamos un programa que ya ni sé si existe, se
llamaba E-views. En un momento de aburrimiento abrí mi correo electrónico y
encontré un mail rarísimo de un tipo que firmaba como el gallo raro*: que un
amigo mío le había pasado mi dirección, que era de Monterrey pero estaba
viviendo en Saltillo, que necesitaba a una “chica inteligente de ojos color
miel” para ir a tomar un café. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Es
raro, pero tengo una cantidad algo importante de historias catalogadas bajo el
rubro “gente a la que he conocido de formas poco usuales”. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Me morí de risa, y le
respondí que “soy inteligente, soy linda, pero no tengo los ojos color miel,
¿dónde nos vemos o qué?”. <i>Creo, claro,
que mi pendeja imaginación es la absoluta responsable de que tenga historias
tan raras en mi anecdotario. <o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Total, que ese sábado nos
vimos en un café de Saltillo. Él era un hispter hecho y derecho, aunque en ese
momento la tal palabrita ni siquiera existía. Tenis de color verde, camisa de
cuadritos, lentes. Había estudiado comunicación, era locutor y algo así como
D.J. Vivía en Saltillo persiguiendo una historia absurda, pero estaba cansado y
quería conocer a ‘alguien’ (Tinder tardó mucho en llegar a nuestras vidas, oh
amigos). Hablamos, hablamos, hablamos. Cerraron el café. Me preguntó que si
quería ir a ver películas a su departamento. Le dije que sí (porque eso de
‘nunca te vayas a la casa de un extraño’ no me lo enseñaron bien o algo). En su
casa nos tiramos en el colchón y vimos ‘Sideways’, película medianamente buena
que tiene una escena que nunca se me ha olvidado (porque era muy linda: manos y
carreteras). Cuando se terminó no sabíamos bien qué hacer
(¿besarnos?¿coger?¿pedir un taxi?). Entonces sólo nos abrazamos, él dijo ‘voy a
poner algo de música’, y así fue como escuché por primera vez al tal grupo. Me
pareció tan bueno; él no podía creer que no los hubiera escuchado antes “en Mty
todo mundo los está oyendo”. Me lo imaginaba perfecto: la Silla Amarilla (que
era EL bar de los intelectualoides regios), sus amigas con cabellos de colores,
él con su programa de radio de ‘música alternativa’, la marihuana, el
arrrrrrte. Cosas que en ese momento estaban como a 40 cuadras de mi vecindario existencial.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Luego volvió cada quién a su
vida (su destino - o las decisiones que iban a terminar siendo destino). Él se
enroló con una morra francesa que era super artista y super linda. Cuando me
contó yo pensé que claro, que así tenía que ser. Yo regresé con mi médico retrógrado
y machín. Y ojalá (ojalá, ojalá) en ese momento esa noche me hubiera hecho
pensar que ‘N., no seas tan pendeja, hay otras miles de posibilidades, de
mundos, de bares donde la gente escucha a grupos como éste’. Pero no. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">2. Era el 2007. Yo trabajaba
de secretaria. No podía esperar para irme de Saltillo. Pedí permiso de faltar
tres días al trabajo y me fui a Guanajuato, sola, a presentar una ponencia en
el Congreso Internacional de Historia Oral. Mi ponencia seguramente fue muy
mala, pero tuve la suerte de encontrar a un par de investigadoras generosas que
me echaron muchas porras. “Esto es lo mío”, pensé cuando salí. Estaba muy
feliz, mucho. Me subí a un camión que iba a SMA, y ahí lo único que hice fue
caminar, caminar, caminar, y tomar el camión de regreso a Guanajuato. Todo el
tiempo, todo, estuve escuchando al tal grupo. Me ponía de buen humor, era mi
grupo, estaba feliz de ser “la muchacha que viaja sola, tiene un tatuaje en la
espalda – que me acababa de hacer unos meses antes – y escucha esta música”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">3. Y luego fue el 2008, el
primer día de clases en la FLACSO. Vivía cerca, pero no tantísimo. Pensé que
caminando serían 10 minutos y terminaron siendo 20. Iba casi corriendo,
nerviosa, ansiosa, y escuchando otra vez al tal puto grupo. Era, supongo, una
suerte de amuleto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">4. Y luego fue hoy en la
mañana. Esperando el metro puse el ipod en shuffle y salió una canción de su
disco nuevo. Me siguen gustando mucho. De hecho, me gustó tanto que pensé que
‘¿por qué no le he dedicado a este disco un churrito de viernes?’. Y luego,
“¿desde cuándo me gustan? 10 años. Verga. Es un montón de tiempo.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Me puse a pensar, cursimente
(as always). Y resolví que la cosa más bonita de ser joven son las montones de
posibilidades <i>to be</i> que tienes
enfrente. Resolví que es chido invertir
mucho tiempo y muchísima energía en materializar eso que una elige. Resolví que
por eso mis alumnitas/os de Filosofía me conmueven tantísimo: porque llegan con
toda la actitud, con todo el necesario y mamonsísimo performance mediante el
que, sí, van a llegar a ser eso (filósofos, ni más ni menos!). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y resolví, también, que si
eso es lo más bonito de ser joven, lo más difícil de ser adulta es pensarse sin
miedo en otros mundos. Sentir más emoción que angustia por los cambios. Empujar
otras posibilidades (mudanzas, doctorados en otro país, divorcios) es cada vez
más complicado. Las máscaras ya se convirtieron en rostro, y está bien cabrón
verse al espejo y decidirse distinta. Desmontar el mito de que existe algo así
como un punto de llegada, sacudirse los hábitos y actuar con la convicción de
que no estamos condenados a repetirnos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Quién tuviera 20 otra vez. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">O quién tuviera 30 y un
boleto de avión. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Tiro los dados, cada día,
porque la vida ha sido buena. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">***</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/BKdspWe-KdQ/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/BKdspWe-KdQ?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
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Pérdidas, pienso cuando por
alguna razón me acuerdo de él y no sé muy bien si sonreír, revivir el enojo, o
llamarle para ver ‘cómo va todo’; como si no fuera todo una cosa cada vez más
desdibujada, como si no fuéramos cada vez, cada día, más des-todo: des/amigos,
des/contactos, des/cariños, des/posibilidades. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hace muchos, muchos años, estaba
enamorada de Diego. Creía que era un chico muy inteligente. Me
interesaba saber qué pensaba de absolutamente todo, y quizás por eso me lanzaba
al ataque fansístico cada que msn lo permitía: ¿qué haces? ¿qué lees? ¿ya
leíste a Szymborska? ¿no? ¿te paso uno de sus poemas? ¿qué opinas de a, b, c, y
d? Me imagino que Diego, al otro lado de la pantalla, casi podía sentir toda mi
admiración adolescente, y me imagino que de alguna forma eso le resultaba estimulante
o excitante (sobándole el ego, mira nada más) o sabe dios qué, que se quedaba
chateando conmigo hasta la madrugada. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cuando nos separábamos, yo me
quedaba casi siempre pensando en lo incorrecto de mis respuestas. Ojalá tuviera
el ingenio, la brillantez y el encanto en el bolsillo, instantáneo y siempre
listo. Luego, muchos años me entretuve fantaseando en qué se sentiría ser
increíblemente bonita: ser inmediatamente bonita, destrabajadamente bonita,
espontáneamente bonita. Pobre de la N., la morrita que toda la pinche vida ha
estado atrapada en la dicotomía de las bonitas o las inteligentes. Bonita, ni
cómo, pero en inteligente sí estoy por arriba de la media. Lástima que la puta
madre, mi inteligencia sólo se convierte en moderado ingenio cuando la exprimo
durante horas completas. Nunca efervescente, nunca a la mano. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Luego un día conocí a Diego en
persona y me sentí tan nerviosa que sólo me salía sonreír y decir que ‘sí,
claro’ a todo lo que me decía. El muy pendejo tuvo la osadía (oh pendeja
osadía, pensaría yo muchos años después) de decirme que “por msn eres más
interesante”. Afortunadamente, después seguimos saliendo y tuve ocasión de que
corrigiera su percepción sobre mí. Jaja. Mentiras. Tuve ocasión de que me
pasara lo de siempre: que una noche luego de verlo regresara yo pensando para
mis adentros que “pinche vato pretencioso, su conversación estuvo de super
hueva”. Que es, a todo esto, la manera
en la que siempre mato a mis padres: tengo que pensar que son unos pendejos y
acto seguido me carcajeo y me siento liberada.
Incapacidad crónica para ajustar los zooms: siempre empiezo viendo a
todomundo como un genio y qué pena me da que descubra que soy una tonta; luego
empiezo a aburrirme de las personas y me digo que no eran tan
inteligentes/cultas/divertidas/brillantes. Me aburro, el zoom se ajusta, y me siento otra vez libre y sola. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Lo que quería decir, a todo esto,
es que todavía lo extraño (no a Diego, al otro que todavía no tiene nombre
completo en el blog). Quería escribirle
eso: todavía te extraño. Quise tomarme un tiempo para medir las reacciones y
las posibilidades, y luego quién sabe
cómo el tiempo siguió pasando, las hojas se siguieron cayendo, nos quedamos con
un paisaje de desnudez, de soledad, de lo que hicimos y la puta madre, de lo
que fuimos, que no fue nada. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Tanta revoltura sólo para decir
que no estaba aburrida, sólo cansada. Que ya no quise jugar. Que me fui. <o:p></o:p></div>
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Siempre que se convoca a una
marcha me desespero y digo que ya no voy a ir a ninguna nunca más: “¿a cuántas
marchas hemos ido sin lograr nada, eh?”, les digo a mis amigues que insisten en
que “lo importante es seguir luchando”. Pero luego termino yendo, cada
vez. Regreso a casa cada vez más cansada
y también cada vez (cada puta vez) pensando que “a lo mejor ahora sí ya
logramos que cambie este país”. En mi
caso la esperanza es tan terca que siempre termina ganándole a la
experiencia. Antes no, ¿pero cómo sabes
si ahora sí? ¿cómo sabes si quizás esta vez es LA vez? Si así fuera yo no me la
quiero perder. Y entonces vuelvo a marchar. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Incluso ahora, que soy
funcionaria de cierto lugar y tengo un horario de 9:00 a 7:00 muy al sur. Ayer
traté de terminar pendientes; luego no pude y pensé que “a la chingada los pendientes,
mañana llego temprano”. A eso de las 5:00 me quité los tacones godinez,
me puse los flats de emergencia que siempre están en mi cajón, y me fui a
marchar. De paso, convencí a tres
personas de la ofi de que me acompañaran. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El metro iba lentísimo, llegamos
cuando ya habían salido varios contingentes del ángel. Por suerte encontramos
muy fácil al “Bloque Rosa”, a quienes, desde que las descubrí, trato de unirme
en cada marcha. Es que es lo máximo el Bloque Rosa: encabezan cuatro chicas
feministas con la cara cubierta al estilo Pussy Riot; arman una batucada y
todas las feministes y demás van ahí cantando, bailando, aplaudiendo y gritando
consignas muy cagadas (“la jotería también es rebeldía” “sin maricones no hay
revoluciones” “pucha con pucha, lesbianas en la lucha”). Me encanta que la idea
es consignas no sexistas, así que en vez del “que lo vengan a ver, que lo
vengan a ver, ese no es presidente es una puta de cabaret”, gritan (con el
mismo tono) “que lo vengan a ver, que lo vengan a ver, ese no es presidente es
un fascista, macho, burgués”. Ídolas. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Mi pequeño grupo de feministas
institucionales se unió a la batucada feminista un buen rato. Nuestra primera impresión
fue que había mucha más gente que en la
marcha pasada: todo se hacía más lento. Atrás de nosotras marchaba un
contingente gigantesco de la Facultad de Química de la UNAM. Era bonito verlos
a todos con sus batas blancas y sus caras serias. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Luego nos dieron ganas de echar
un <i>goya</i>, pero en el Bloque Rosa esas
cosas no entran. Decidimos salirnos y
esperar a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Craso error: la FCPyS venía
muy atrás y la marcha iba lenta. “Metámonos donde sea”, dijo una. Y ese donde
sea fue lo primero que pasó por enfrente: una banda tocando canciones fúnebres
oaxaqueñas y guerrerenses. Nos metimos ahí y pasamos del alboroto de la
batucada a la solemnidad de marchar por nuestros muertos. No pude averiguar de
dónde salió ese contingente, pero todo el tiempo iba la banda fúnebre y el
resto atrás, con seriedad, sin consignas, con lágrimas. Estamos aquí porque nos
faltan los muertos. Nuestros muertos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Alguien del pequeño grupo quiso
salirse a buscar a otra persona que nos esperaba en la
esquina. Nos salimos y ya no pudimos unirnos a la banda fúnebre. Marchamos un
rato ahí, sin contingente, entre gente que parecía haber ido sola o en pequeños
grupos como nosotras. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Entrando al primer cuadro de la
ciudad, decidimos que queríamos hacer la entrada al Zócalo con el Bloque Rosa
(era chistoso nuestro pequeño grupo tomando decisiones: ¿vamos a entrar al
zócalo así sin gritar? ¿todavía estamos en tiempo de alcanzar al bloque rosa?
¿y si cortamos por Madero y las buscamos ahí?). Salimos, corrimos, las volvimos
a alcanzar. Entramos al zócalo con ellas. Fue una cosa muy emocionante. Yo no
cuento porque lloro por todo, pero ayer empecé a llorar desde el primer “vivos
los queremos”; se me enchinaba el cuero de escuchar a tantos jóvenes reclamando
las vidas, los cuerpos, las semillas (y ojalá también la lucha).<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Estuvimos un rato en el zócalo,
los grupos se organizaban y reorganizaban. Se encendían veladoras, un grupo en
una esquina pintaba de blanco unas letras que de entrada no entendimos muy bien
(“FUE EL ESTADO”, vimos después).
Alguien de nosotras quería subir a una de las terrazas que rodean el
zócalo a tomar fotos: “mañana van a decir que vino muy poca gente,
hay que tomar una panorámica”. Encontramos a otra amiga y nos subimos a la
terraza del Gran Hotel de la Ciudad de México. Acaparamos el balcón (no sólo
nosotras, había un montón de fotógrafos amateur ahí arriba) e hicieron las
tomas buscadas. El zócalo no se llenó, pero casi. Velas, pintas, música,
globos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pedimos una ronda de cervezas
(¡pues ya qué!) y empezamos a comentar todo (es parte de mis rituales
personales terminar lar marchas tomando algo con las personas con quienes haya
ido. Esa reflexión colectiva me parece lo más sabroso y necesario de todo). A.
llegó antes que nosotras al zócalo, nos contó que uno de los papás de los 43
dio un discurso muy conmovedor “yo no sé dónde está mi hijo pero sé que él
sabe, ahí donde esté, que estoy muy orgulloso de él”. Especulamos un buen rato.
El pronóstico es que Ángel Aguirre renuncia en estos días. A ver si le
atinamos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Llegamos a casa cansadísimos.
Emocionados, consolados, “ojalá que ahora sí se vayan todos” decimos antes de
dormirnos. “Yo creo que sí - me dice A. - que cuando regresemos a México vamos a
encontrar un país diferente”. Ojalá, le digo yo. Y me duermo con consignas
flotándome en los oídos, y con imágenes de un país por descubrir flotándome en
los ojos. <o:p></o:p></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Do not vote for them unless they work for us. Do not have sex with them, do not break bread with them, do not nurture them, if they don't prioritize our freedom to control our bodies and our lives. </b></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i>Rebecca Walker</i></span></div>
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<br />
<div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Todos los lunes a eso de las 10:00 de la noche paro un taxi muy al sur de la ciudad y, cual la "mujer saliendo del psicoanalista", dedico todo el trayecto a enrollar hilitos, recoger piezas sueltas, limpiar una que otra lágrima, soltar una que otra mala palabra. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy, sin embargo, mi rutina fue interrumpida por una especie que pensé en peligro de extinción: el taxista que conversa. Para mi muy grande sorpresa y placer, se pasó buena parte del trayecto hablándome de Bakunin y de por qué es que yo - si es que quería ser una buena profesionista - debería de leer por lo menos "Dios y el Estado",<i> para entender mejor cómo funciona esta sociedad</i>. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Quiero decir que su plática me conmovió mucho, y no porque sea la típica colonialista de mierda que piensa que los <i>pobres desdichados</i> apenas y pueden hablar del último episodio de "La Voz México", y que entonces qué tierno y qué inspirador encontrarte a uno de <i>su especie</i> hablando en tu lenguaje de autores y conocimiento. No.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me conmovió mucho porque me recordó a mi papá. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Quién sabe a cuántos pasajeros habrá aburrido/ilustrado/asombrado/soprendido mi papá dictando clases sobre historia mundial en su taxi . A cuántos les habrá hablado de la II Guerra Mundial, del imperio Turco Otomano, de los rollos del Mar Muerto. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi papá, el taxista más culto de todo Saltillo. El que, ante la exasperación y los reclamos de mi madre, gastaba la mayor parte de su <strike>bajo</strike> salario en libros de viejo. Mi papá, el que, sin embargo, dejó de ir a una de las tres librerías de viejo de Saltillo porque el dueño siempre lo recibía con un "¿cómo va la chamba jefe?", y a él le daba pena decirle que igual, poco pasaje, gasolinas en aumento... igual.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
"Donde esté tu tesoro estará tu corazón", dicen las Sagradas Escrituras. Qué corazón tan bonito el suyo, ese taxista con libreros llenos y cabeza llena de esperanzas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
***</div>
<div style="text-align: justify;">
He estado pensando que quizás los hombres de mi vida hayan sido mis ejemplos más tiernos de los dobleces del fracaso. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No podría estarles más agradecida. </div>
<div>
<br /></div>
<div>
<br /></div>
N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-71516627056397314772014-08-25T17:55:00.001-07:002016-11-01T02:47:09.299-07:00Rosario.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Así que la tristeza de
despedirse de alguien de forma tan definitiva es esto. Un recuerdo borrado para
siempre porque ya no hay con quién compartirlo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ella, que me conoció a mis
18. Que me vio llegar y luego irme, y luego irme más lejos. Ella, que tanto
podría hablar de mí. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y ahora esos recuerdos, esas
huellas, ya no existen. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y ahora lo que yo sienta por
ella ya no importa porque ya no es comunicable. Pase lo que pase, haga lo que
haga, duela como duela: ya no puedo llamarle para decirle que la quiero mucho,
que le agradezco el montón de cosas que hizo por mí. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ella fue una de esas
personas que me miraban con la certeza de que yo ‘era especial’. Quizás las
primeras miradas generosas que recibí dentro de esto que hemos decidido llamar ‘la
academia’ vinieron de ella. Y hoy, 10 años después, sé lo que importa en este medio sentir eso: que alguien cree que lo que estás diciendo no son puras pendejadas. Que quién quita y un día puedas decir una cosa de verdad importante. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Me reiría de cosas que ahora
parecen tan graciosas, si no es porque lo que me sale son sonrisas
infinitamente tristes. Como esa vez que alguna fundación le dio dinero al
colectivo y nosotras consideramos que no estaba mal usarlo para pagarnos una
cena ‘por todo la joda que nos hemos metido organizando cosas por el bien de la
sociedad’. Y ella se encabronó cuando vio la factura, y nos regañó horrible, y
nos dijo que ‘esto, aquí y en China, lo hagan como lo hagan, se llama desvío de
recursos’<i>. Desvío de recursos</i>, suena
tan gracioso ahora (hay que imaginarlo: un grupo de cinco chamacas haciéndole
al feminismo que un día se hartaron de ‘estar trabajando gratis’ y agarraron
dinero del colectivo para pagarse una cena en un restaurante. Y luego ella que
se encabronó y nos metió una regañada como si fuéramos diputadas clavándonos el
60% de los impuestos de la gente pobre. Pues así era: <i>norteña y derecha </i>como el estereotipo manda). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Le decíamos ‘mamá’ aunque
nunca tuvo hijos. Le decíamos ‘compañera’ cuando nos sentíamos combativas. Le
decíamos ‘por favor’ cuando necesitábamos que interviniera con algún profesor
que nos estaba haciendo la vida imposible.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Duele tantísimo saber que ya
no está. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">No puedo descifrar ni
explicar este sentimiento que es muy nuevo para mí. Se murió mi amiga. Se murió
mi amiga. Se murió mi amiga. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Llevo toda la tarde
repitiéndomelo y luego tratando de olvidarlo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Pero supongo que cuando
se muere alguien así, tan querido, con quien has compartido tanto de tu propia
historia… bueno, supongo que ahí empieza también la muerte propia. Ya no hay
testigos, ya no hay cómplices, ya no hay quién pueda compartir ese recuerdo.
Estoy hoy un poquito más sola, un poquito menos viva. </span></div>
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<br />
<div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Viajé 22 horas en tren, 28 en camión. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Estuve en unas cabañas en la sierra, luego en un hotel en la playa. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me metí al mar. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Leí. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hablé. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Escuché muchas veces el disco de 'Riding with the king', el de 'Pure Heroine', los éxitos de Etta James y un audiolibro con el quinto volumen de los eventos desafortunados narrado por Lemony Snickett. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pensé mucho, en muchas cosas. Sobre todo en el muchacho que espero que me espere en el D.F. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A la N. las cosas casi nunca se le presentan claras a la primera. Las poquísimas corazonadas que ha tenido han resultado equivocadas. Los planes se le hacen agua por todas partes. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La N. decía que no le tenía miedo al desorden, a las dudas, al 'y qué pasa si_____?'. Y que entonces había que estirar la cuerda para ver qué tanto daba, para ver si esta vez aguantaba más. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero entonces, ahora, me doy cuenta de que quiero viajar ligera. Que no tiene nada de malo hacerse bolas, imaginarse historias posibles, finales diferentes. Pero supongo que en este momento de mi vida estoy, por primera vez en mis 29 años, aprendiendo a estar enamorada de alguien de carne y hueso. Y quiero hacerlo bien, y quiero jugármela limpio. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lo único que tengo cierto cuando pienso en él, es que es un ser humano hermoso. Hermosísimo. Y así, de a poquito, le voy perdiendo el miedo a entender la autonomía de una forma diferente. Le voy encontrando el gusto a conocerlo todo lo que puedo, y a creer y sentir que lo único que tengo que hacer con esta relación es quererlo mucho, muchísimo. Es hacer todo lo que esté en mis manos para hacerle este mundo más amable. Darle todos mis abrazos, y todos mis besos, y todo mi cariño, y toda mi admiración, y decirle una vez y todas las que sean necesarias que es un ser hermoso. Que estoy feliz de estar con él. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Que por fin (por fin, por fin) estoy empezando a creer que cosas buenas de verdad me pueden pasar a mí; sin verdugos esperándome en la esquina, sin cuentas por pagar en la vida de los meses siguientes, sin regalos espejismos, sin bufones, destinos, pecados ni condenas. Cosas <i>buenas de verdad</i>. Y él es una de esas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542098327338912300.post-89102374829944261502014-07-07T23:01:00.000-07:002016-11-01T02:47:09.301-07:00Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos, de mi casa, de todo. <div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<br />
<div style="text-align: right;">
<i><span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; text-align: left;">El odio se amortigua</span></i></div>
<i></i><br />
<div style="text-align: right;">
<i><i><span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; text-align: left;">detrás de la ventana.</span></i></i></div>
<i>
<div style="text-align: right;">
<i><span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; text-align: left;"><br /></span></i></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; text-align: left;"><div style="text-align: right;">
<i style="background-color: transparent; text-align: justify;"><span style="text-align: left;">Será la garra suave.</span></i></div>
<div style="text-align: right;">
<i style="background-color: transparent; text-align: justify;"><span style="text-align: left;"><br /></span></i></div>
</span><span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; text-align: left;"><div style="text-align: right;">
<i style="background-color: transparent; text-align: justify;"><span style="text-align: left;">Dejadme la esperanza</span></i></div>
</span></i><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: left;"></span><br />
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: left;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: left;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
***</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Nuevo vicio: escuchar música y
jugar 2048. Ideal para desconectar la cabeza un ratito (con sustancias
puramente legales).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
***</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hoy iniciaron las vacaciones del
modo en el que me gustaría que empezara el resto de la vida: llena de vida,
espesa, espesa, con un muchacho en traje apagando la luz y diciéndome que
'descansa otro ratito, te dejo la llave en el desayunador'.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
***</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Luego siguió la tarde del modo en
que me gustaría que siguieran muchas tardes: con pláticas agradables, con
recuerdos de hace (ya, tan pronto), diez años desde aquella vez que bla, bla,
bla. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y luego con un poco de nostalgia
por cosas que nunca jamás sucedieron: me hubiera gustado tanto ir con ella al
teatro, a más cafés, que conociera a 'Las peores de todas', porque seguramente
le hubieran caído super chidas y etc. Pero, como se dice por ahí, 'el presente
es lo único que tenemos' (jajaja) y ahora no me queda más que desearle buen
viaje (¡buen viaje!).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
***</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Luego la terapia. Jodida terapia
tan complicada. Es la primera vez que salgo de ahí con ganas de tomar algo y
seguir llorando un ratito. Y es que, la verdad, odio (odio, odio) llorar en
terapia. Me parece tan patético, tan de clase de orientación vocacional de una
preparatoria chafísima. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Es curioso cómo las cosas que
disparan los sentimientos esos tan cabrones y tan poco trabajados son las más
insignificantes del mundo. Hoy en la plática rompehielo hablamos de una fiesta
elegante a la que fui hace dos semanas. Luego pensé (y dije) que: 'es la
primera vez en mis 29 años en que me siento adecuada en un evento de ese tipo'.
Y es cierto, es la primera vez que tuve dinero suficiente para comprarme un
vestido bonito, unos zapatos bonitos, ir a arreglarme el cabello, las uñas de
las manos y los pies, etc., etc. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y luego: paf. El recuerdo de mí a
mis quince años en los XV años de Isla, quien entonces era mi mejor amiga.
Nunca teníamos dinero para esas cosas, nunca teníamos dinero para casi nada. Me
puse un vestido negro que me prestó una tía, y era un vestido horrible.
Horrible, anticuadísimo. Tenía una especie de capa que se desprendía de una
especie de collar. Una cosa vampiresca ochentera que me sentaba super mal y que
era mi única opción. Así que me la puse. Así que me pasé toda la noche sentada
sin moverme para que no se notara mucho que mi vestido, pues, era horrible. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Qué tontas las cosas que nos
hacen llorar, qué insignificantes esas piedritas de las que apenas ahora me
siento ligeramente capaz de reírme. Pero entonces, claro, era la gran
desgracia. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
¿Qué más podría decir? Este
sentimiento de inadecuación que con muchísima frecuencia me acompaña no se debe
nada más a que soy una ñoña medio boba socialmente. Tiene su raíz (oh Marx,
cuánto te amamos) en condiciones materiales muy concretas que fueron la base de
gran parte de mi subjetividad. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
I mean: yo, a mis XV años, en esa
edad en la que se supone que una empieza a descubrir que tiene cuerpo y que
éste tiene ciertos efectos sobre otra gente, y en la que se supone que eso se
puede disfrutar pues... mi historia fue diferente. Fue la de una morrita que se
sentía inadecuada en las fiestas, y en general en cualquier lugar en el que no
tuviera que llevar el uniforme de la secundaria. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Como ese tonto congreso al que
una vez me invitaron. Se llamaba 'Jóvenes Unidos' y lo organizaba el Tec de
Monterrey. Un congresito pedorro lleno de invitados encargados de 'motivar con
valores a la juventud'. Para colmo, cobraban la entrada en un precio que
entonces me parecía exorbitante. Pero ps era para jóvenes del Tec de Monterrey
(o 'el tequito', según se conoce en el argot saltillense) que se sentían
felices de pagar lana para que alguien les hiciera creer que éste podía ser un
mundo mejor si ellos se decidían a ser emprendedores enough como para 'hacer la
diferencia'.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Whatever, como los organizadores eran algo así
como los padres de la responsabilidad social, mandaban boletos gratis a las
escuelas públicas como la mía. Y al encargado de repartirlos le pareció una
gran idea que fueran quienes tenían mejor promedio. Mi papá me llevó y mi mamá
me obligó a ponerme una blusa azul que era demasiado larga - demasiado brillosa
- demasiado señoril. Demasiado contrastante con el estilo desenfadado de las
chicas Tec: con los jeans Gabrielle y las camisetas lisas que, eso sí, decían
en letras grandes marcas como 'Bebe' o 'Xoxo' o 'Gap'. Y yo ahí, con mi blusa
brillosa y una falda negra. Tan inadecuada, tan fuera de lugar, tan queriendo
fingir que en realidad no me importaba que mi mamá me hubiera jurado que se me
veía bien y que me veía 'elegante'. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y luego así, pensando, cuándo fue
la primera vez en la que me sentí así y descubrir (con doloroso asombro) que
fue mucho antes de la adolescencia. En la primaria, en una comida en Carl's
Jr., en la fiesta de Karla, en la kermesse de tal fecha, etc., etc., etc. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Es tan soso, pero de lo primero
que me acordé fue de Martha Nussbaum. Jajaja, ya mátenme mejor. Anyway, su
concepto de pobreza es lo máximo. No - pobreza es 'que cualquier persona tenga
lo necesario para aparecer en público sin sentirse avergonzada'. Ay, Marthita,
ps habría que cambiar la sociedad completita para que ciertas cosas fueran más
valiosas que otras. De otra forma ni
modo de darle a todo mundo una blusa de marca y unos zapatos que combinen. Which
means: ojalá a mis quince años me hubiera sentido adecuada sabiendo que estaba
en ese tonto congreso gracias a mis incipientes méritos de tener un buen
promedio. Pero no, no hubo orgullo, autonomía ni agencia capaz de hacerme
sentir mejor (incluso hoy sigo poniendo cara de asquito cuando describo esa
tonta blusa azul brillosa).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y yo lo he dicho en todo este
post (y en toda la terapia) de manera muy propia y muy correcta, explicando que
me sentía 'inadecuada'. Pero ahora que lo pienso, esa inadecuación iba de la mano
con la vergüenza. Es decir, no sólo con
'ser' inadecuada, sino con darte cuenta de que, en efecto, estabas siendo
inadecuada. <br />
<br />
***</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y por eso ahora no puedo, de
verdad no puedo, dejar de llorar cuando me acuerdo de que el sábado fui a comer
a un tianguis y se me partió el corazón cuando un señor se puso a cantar y su
hijito (de unos siete años) pasó extendiendo una tinita para que pusiéramos
monedas mientras se cubría la mitad de la cara con su antebrazo. Vergüenza. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Porque entonces eso: la solución
no es que ahora yo me pueda comprar unos zapatos Franco Sarto que hacen
perfecto juego con mi vestido porque tengo un cheque quincenal que me lo
permite. La solución es que cambiemos este puto mundo. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
***</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Supongo que lo que sigue es
golpear a la próxima persona que me diga que soy una 'marxista setentera'. <br />
<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y también hacer la revolución.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<br />
<div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy 28 de marzo de 2014 hace exactamente 73 años que Virginia Woolf se decidía a descansar. / Quise escribir antes que 'se daba por vencida', pero esto sería terriblemente injusto: ¿quién de nosotros, pienso, quién de nosotros hubiera tomado una decisión distinta de haber sido ella? // Es jodido luchar todos los días por levantarse, por escribir, por hacer lo que te gusta y te hace feliz; jodido luchar todos los días contra eso que también eres: una mujer enferma. // Así que yo no lamento que Virginia se haya suicidado, yo celebro esos 59 años que logró estar en pie. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y ahora su última carta, que me conmueve como pocas cosas en esta vida:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<table style="color: black; font-family: sans-serif; font-size: 12px; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><tbody>
<tr><td style="vertical-align: top;"><div style="text-align: justify;">
<i>I feel certain I am going mad again. I feel we can't go through another of those terrible times. And I shan't recover this time. I begin to hear voices, and I can't concentrate. So I am doing what seems the best thing to do. You have given me the greatest possible happiness. You have been in every way all that anyone could be. I don't think two people could have been happier till this terrible disease came. I can't fight any longer. I know that I am spoiling your life, that without me you could work. And you will I know. You see I can't even write properly. I can't read. What I want to say is I owe all the happiness of my life to you. You have been entirely patient with me and incredibly good. I want to say that everybody knows it. If anybody could have saved me it would have been you. Everything has gone from me but the certainty of your goodness. I can't go on spoiling your life any longer. I don't think two people could have been happier than we have been.</i></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Descansa en paz, Virginia.</div>
N.http://www.blogger.com/profile/14164819497851953216noreply@blogger.com1